Ezequiel 37:1–10
37 La mano del Señor vino sobre mía, y me sacó en1 el Espíritu del Señorb, y me puso en medio del valle que estaba lleno de huesosc.
2 Él me hizo pasar en derredor de ellos, y vi que eran muchísimos sobre la superficie del valle; y estaban muy secos.
3 Y me preguntóa: «Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?». Y yo respondí: «Señor Dios, Tú lo sabesb».
4 Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, y dilesa: “Huesos secos, oigan la palabra del Señorb”.
5 »Así dice el Señor Dios a estos huesos: “Voy a hacer que en ustedes entre espíritu1, y vivirána.
6 ”Y pondré tendones sobre ustedes, haré crecer carne sobre ustedes, los cubriré de piel y pondré espíritu en ustedes, y vivirán; y sabrán que Yo soy el Señora”».
7 Profeticé, pues, como me fue mandadoa; y mientras yo profetizaba hubo un ruido, y luego un estremecimiento, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.
8 Y miré que había tendones sobre ellos, creció la carne y la piel los cubrió, pero no había espíritu en ellos.
9 Entonces Él me dijo: «Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y dile al espíritu: “Así dice el Señor Dios: ‘Ven de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre estos muertosa, y viviránb’ ”».
10 Y profeticé como Él me había ordenado, y el espíritu entró en ellos, y vivieron y se pusieron en piea, un enorme e inmenso ejércitob.