Daniel 10:10–17
10 Entonces, una mano me tocóa, y me hizo temblar sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.
11 «Daniel, hombre muy estimado1a, entiendeb las palabras que te voy a decir y ponte en pie2c, porque ahora he sido enviado a ti», me dijo. Cuando él me dijo estas palabras, me puse en pie temblandod.
12 Entonces me dijo: «No temasa, Daniel, porque desde el primer día en que te propusiste en tu corazón entender y humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y a causa de tus palabras he venidob.
13 »Pero el príncipe del reino de Persia se me opuso1 por veintiún días, pero Miguel, uno de los primeros príncipesa, vino en mi ayuda, ya que yo había sido dejado allí con los reyes de Persia.
14 »Y he venido para darte a conocera lo que sucederá a tu pueblo al final de los díasb, porque la visión es para días aún lejanosc».
15 Cuando habló conmigo estas palabras, volví1 mi rostro a tierra y enmudecía.
16 Y uno semejante a un hombre1a tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y habléb, y dije al que estaba delante de mí: «Señor mío, a causa de la visión me ha invadido la angustia2 y me he quedado sin fuerzasc.
17 »¿Cómo podrá, pues, este siervo de mi señor hablar con uno como mi señora? Porque a mí en este momento no me queda fuerza alguna, ni tampoco me queda alientob».