Zacarías 14:1–16
14 Viene el día del Señora en el cual serán repartidos tus despojos en medio de tib.
2 Porque Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y será tomada la ciudada y serán saqueadas las casas y violadas las mujeresb. La mitad de la ciudad será desterrada, pero el resto del pueblo no será cortado de la ciudad.
3 Entonces saldrá el Señor y peleará contra aquellas nacionesa, como cuando Él peleó el día de la batalla.
4 Sus pies se posarán aquel día en el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al orientea; y el monte de los Olivos se hendirá por el medio, de oriente a occidenteb, formando un enorme valle, y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.
5 Ustedes huirán al valle de Mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal. Huirán tal como huyeron a causa del terremoto en los días de Uzías, rey de Judáa. Entonces vendrá el Señor mi Dios, y todos los santos con Élb.
6 Y sucederá que en aquel día no habrá luz; las luminarias se oscurecerána.
7 Será un día único, conocido solo del Señora, ni día ni nocheb; y sucederá que a la hora de la tarde habrá luzc.
8 En aquel día brotarán aguas vivas de Jerusalén, una mitad hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental, será lo mismo en verano que en inviernoa.
9 El Señor será Rey sobre toda la tierraa. En aquel día el Señor será uno, y uno Su nombreb.
10 Toda la tierra se volverá como una llanura desde Gebaa hasta Rimónb, al sur de Jerusalénc. Pero esta se levantará y será habitada en su lugard desde la puerta de Benjamíne hasta el lugar de la puerta Primera, hasta la puerta del Ángulof, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del reyg.
11 Y habitarán en ella y no habrá más maldicióna; y Jerusalén habitará en seguridadb.
12 Esta será la plaga con que el Señor herirá a todos los pueblos que han hecho guerra contra Jerusalén: se pudrirá su carne estando ellos aún de pie, y se pudrirán sus ojos en sus cuencas, y su lengua se pudrirá en su bocaa.
13 Y sucederá que en aquel día habrá entre ellos un gran pánico del Señor; y cada uno agarrará la mano de su prójimoa, y la mano de uno se levantará contra la mano de su prójimo.
14 También Judá peleará en Jerusaléna; y se amontonarán las riquezas de todas las naciones circunvecinas: oro, plata y vestidos en gran abundanciab.
15 Como aquella plagaa así será la plaga del caballo, del mulo, del camello, del asno y de todos los animales que haya en aquellos campamentos.
16 Y sucederá que todo sobreviviente de todas las naciones que fueron contra Jerusalén subirán de año en año para adorar al Reya, Señor de los ejércitos, y para celebrar la Fiesta de los Tabernáculo1b.