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Romanos 13:1–7

13 Sométase toda persona1a a las autoridades que gobiernanb. Porque no hay autoridadc sino de2 Dios, y las que existen, por Dios son constituidas.

2 Por tanto, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, recibirán condenación sobre sí mismos.

3 Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ellaa,

4 pues es para ti un ministro1 de Dios para bien. Pero si haces lo malo, teme. Porque no en vano lleva la espada, pues es ministro de Dios, un vengadora que castiga2 al que practica lo malo.

5 Por tanto, es necesario someterse, no solo por razón del castigo1, sino también por causa de la concienciaa.

6 Pues por esto también ustedes pagan impuestos, porque los gobernantes son servidores de Dios, dedicados precisamente a esto.

7 Paguen a todos lo que debana: al que impuestob, impuesto; al que tributoc, tributo; al que temor, temor; al que honor, honor.

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