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Romanos 11:17–24

17 Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestrea, fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz1 del olivo,

18 no seas arrogante para con las ramas. Pero si eres arrogante, recuerda que tú no eres el que sustenta la raíz, sino que la raíz es la que te sustenta a tia.

19 Dirás entoncesa: «Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado»

20 Muy cierto. Fueron desgajadas por su incredulidad, pero tú por la fe te mantienes firme1a. No seas altanerob, sino teme;

21 porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará.

22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: severidad para con los que cayeron, pero para ti, bondad de Diosa si permaneces en Su bondadb. De lo contrario también tú serás cortadoc.

23 Y también ellos, si no permanecen en su incredulidada, serán injertados, pues poderoso es Dios para injertarlos de nuevo.

24 Porque si tú fuiste cortado de lo que por naturaleza es un olivo silvestre, y contra lo que es natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¿cuánto más estos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

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