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Romanos 8:18–29

La gloria futura

18 Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser reveladaa.

19 Porque el anhelo profundoa de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Diosb.

20 Porque la creación fue sometida a vanidada, no de su propia voluntad, sino por causa de Aquelb que la sometió, en la esperanza

21 de que la creación1 misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Diosa.

22 Pues sabemos que la creación entera gime y sufrea hasta ahora dolores de parto.

23 Y no solo ellaa, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritub, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamentec la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpod.

24 Porque en esperanza hemos sido salvadosa, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?1b

25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia1 lo aguardamosa.

Victoriosos en Cristo

26 De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramosa, pero el Espíritu mismo intercede por nosotrosb con gemidos indecibles.

27 Y Aquel que escudriña los corazonesa sabe cuál es el sentir1 del Espíritub, porque Él intercede por los santosc conforme a la voluntad de Dios.

28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosasa cooperan para bien1, esto es, para los que son llamadosb conforme a Su propósito.

29 Porque a los que de antemano conocióa, también los predestinób a ser hechos conforme a la imagen de Su Hijoc, para que Él sea el primogénitod entre muchos hermanos.

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