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Psalm 103:title–113:9

Salmo 103

Himno de alabanza

Salmo de David.

1 Bendice, alma mía, al Señora,

Y bendiga todo mi ser Su santo nombreb.

2 Bendice, alma mía, al Señor,

Y no olvides ninguno de Sus beneficiosa.

3 Él es el que perdona todas tus iniquidadesa,

El que sana todas tus enfermedadesb;

4 El que rescata de la fosa tu vidaa,

El que te corona de bondad y compasiónb;

5 El que colma de bienes tus añosa,

Para que tu juventud se renueve como el águilab.

6 El Señor hace justiciaa,

Y juicios a favor de todos los oprimidosb.

7 A Moisés dio a conocer Sus caminosa,

Y a los israelitas Sus obrasb.

8 Compasivo y clemente es el Señora,

Lento para la ira y grande en misericordiab.

9 No luchará con nosotros para siemprea,

Ni para siempre guardará Su enojob.

10 No nos ha tratado según nuestros pecadosa,

Ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.

11 Porque como están de altos los cielos sobre la tierraa,

Así es de grande Su misericordia para los que Le temen1.

12 Como está de lejos el oriente del occidente,

Así alejó de nosotros nuestras transgresionesa.

13 Como un padre se compadece de sus hijosa,

Así se compadece el Señor de los que le temen.

14 Porque Él sabe de qué estamos hechosa,

Se acuerdab de que solo somos polvoc.

15 El hombre, como la hierba son sus díasa;

Como la flor del campo, así floreceb;

16 Cuando el viento pasa sobre ellaa, deja de ser,

Y su lugar ya no la reconoceb.

17 Pero la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidada, para los que le temen,

Y su justicia para los hijos de los hijosb,

18 Para los que guardan Su pactoa

Y se acuerdan de Sus preceptos para cumplirlos.

19 El Señor ha establecido Su trono en los cielosa,

Y Su reino domina sobre todob.

20 Bendigan al Señor, ustedes Sus ángelesa,

Poderosos en fortalezab, que ejecutan Su mandatoc,

Obedeciendo la voz de Su palabrad.

21 Bendigan al Señor, ustedes todos Sus ejércitosa,

Que le sirven haciendo Su voluntadb.

22 Bendigan al Señor, ustedes todas Sus obrasa,

En todos los lugares de Su dominio.

Bendice, alma mía, al Señor.

Salmo 104

Dios cuida de sus obras

1 Bendice, alma mía, al Señora.

Señor, Dios mío, cuán grande eres;

Te has vestido de esplendor y de majestadb,

2 Cubriéndote de luz como con un mantoa,

Extendiendo los cielos como una cortinab.

3 Él es el que pone las vigas de Sus altos aposentos en las aguasa;

El que hace de las nubes Su carrozab;

El que anda sobre las alas del vientoc;

4 Que hace de los vientos Sus mensajerosa,

Y de las llamas de fuego Sus ministrosb.

5 Él estableció la tierraa sobre sus cimientos,

Para que jamás sea sacudida.

6 La cubristea con el abismo como con un vestido;

Las aguas estaban sobre los montes.

7 A Tu reprensión huyerona,

Al sonido de Tu truenob se precipitaron.

8 Se levantaron los montes, se hundieron los valles,

Al lugar que Tú establecistea para ellos.

9 Pusiste un límite que no pueden cruzara,

Para que no vuelvan a cubrir la tierra.

10 Él hace brotar manantiales en los vallesa,

Corren entre los montes;

11 Dan de beber a todas las bestiasa del campo,

Los asnos monteses mitigan su sedb.

12 Junto a ellos habitan las aves de los cielosa,

Elevan sus trinos entre las ramas.

13 Él riega los montes desde Sus aposentosa,

Del fruto de Sus obras se sacia la tierra.

14 Él hace brotar la hierbaa para el ganado,

Y las plantasb para el servicio del hombre,

Para que él saque alimento de la tierrac,

15 Y vinoa que alegra el corazón del hombre,

Para que haga brillar con aceite su rostrob,

Y alimento que fortalece el corazón del hombrec.

16 Los árboles del Señor se sacian,

Los cedros del Líbano que Él plantó,

17 Donde hacen sus nidos las avesa,

Y la cigüeñab, cuya morada está en los cipreses.

18 Los montes altos son para las cabras montesesa;

Las peñasb son refugio para los tejonesc.

19 Él hizo la luna para señalar las estacionesa;

El solb conoce el lugar de su ocaso.

20 Tú ordenas la oscuridad y se hace de nochea,

En ella andan todas las bestias del bosqueb.

21 Rugen los leoncillosa tras su presa,

Y buscan de Dios su comidab.

22 Al salir el sol se esconden,

Y se echan en sus guaridasa.

23 Sale el hombre a su trabajoa,

Y a su labor hasta el atardecer.

24 ¡Cuán numerosas son Tus obras, oh Señora!

Con sabiduríab las has hecho todas;

Llena está la tierrac de Tus posesiones.

25 He allí el mara, grande y anchuroso,

En el cual se mueve un sinnúmero

De animales tanto pequeños como grandes.

26 Allí surcan las navesa,

Y el Leviatán1b que hiciste para que jugara en él.

27 Todos ellos esperan en Tia

Para que les des su comidab a su tiempo.

28 Tú les das, ellos recogen;

Abres Tu manoa, se sacian de bienes.

29 Escondes Tu rostroa, se turban;

Les quitas el aliento1b, expiran,

Y vuelven al polvoc.

30 Envías Tu Espíritua, son creados,

Y renuevas la superficie de la tierra.

31 ¡Sea para siempre la gloria del Señora!

¡Alégrese el Señor en sus obrasb!

32 Él mira a la tierra, y ella tiemblaa;

Toca los montes, y humeanb.

33 Al Señor cantaré mientras yo vivaa;

Cantaré alabanzas a mi Diosb mientras yo exista.

34 Séale agradable mi meditacióna;

Yo me alegraré en el Señorb.

35 Sean consumidos de la tierra los pecadoresa,

Y los impíos dejen de serb.

Bendice, alma mía, al Señorc.

¡Aleluyad!

Salmo 105

Las obras maravillosas del Señor en favor de Israel

1 aDen gracias al Señorb, invoquen Su nombrec;

Den a conocer Sus obrasd entre los pueblos.

2 Cántenle, cántenlea;

Hablen de todas Sus maravillasb.

3 Gloríense en Su santo nombre;

Alégrese el corazóna de los que buscan al Señor.

4 Busquen al Señor y Su fortalezaa;

Busquen Su rostro continuamenteb.

5 Recuerden las maravillas que Él ha hechoa,

Sus prodigios y los juicios de Su bocab,

6 Oh simiente de Abraham, Su siervoa,

Hijos de Jacobb, Sus escogidosc.

7 Él es el Señor nuestro Dios;

Sus juiciosa están en toda la tierra.

8 Para siempre se ha acordado de Su pactoa,

De la palabra que ordenó a mil generacionesb,

9 Del pacto que hizo con Abrahama,

Y de Su juramento a Isaacb.

10 También lo confirmó a Jacoba por estatuto,

A Israel como pacto eterno,

11 Diciendo: «A ti te daré la tierra de Canaána

Como porción de la heredadb de ustedes».

12 Cuando eran pocos en númeroa,

Muy pocos, y extranjeros en el paísb,

13 Cuando vagaban de nación en nación,

Y de un reino a otro pueblo,

14 Él no permitió que nadie los oprimieraa,

Y por amor a ellos reprendió a reyesb, diciéndoles:

15 «No toquen a Mis ungidosa,

Ni hagan mal a Mis profetas».

16 Y llamó al hambre sobre la tierraa;

Quebró todo sustento de panb.

17 Envió a un hombre delante de ellosa,

A José, vendido como esclavob.

18 Con grillos afligieron sus pies,

Él mismo fue puesto en cadenasa,

19 Hasta que su predicción se cumplióa;

La palabra del Señor lo puso a pruebab.

20 El rey envió, y lo soltóa,

El soberano de los pueblos lo puso en libertad.

21 Lo puso por señor de su casa,

Y administrador sobre todos sus bienesa,

22 Para que encarcelara a sus príncipes a voluntad suyaa,

Y a sus ancianos enseñara sabiduría.

23 También Israel entró en Egiptoa,

Así peregrinó Jacob en la tierra de Camb.

24 E hizo que su pueblo se multiplicara muchoa,

Y los hizo más fuertes que sus adversarios.

25 Les cambió el corazón para que odiaran a Su puebloa,

Para que obraran astutamente contra Sus siervosb.

26 Envió a Moisés Su siervoa,

Y a Aarón a quien había escogidob.

27 Estos hicieron las maravillas de Dios entre ellos,

Y prodigios en la tierra de Cama.

28 Mandó tinieblasa e hizo que se oscureciera,

Pero ellos no atendieron a Sus palabrasb.

29 Convirtió sus aguas en sangre,

E hizo morir sus pecesa.

30 Se llenó su tierra de ranasa

Hasta en las alcobas de sus reyesb.

31 Él habló, y vinieron enjambres de moscasa

Y mosquitos por todo su territoriob.

32 Les dio granizo por lluvia,

Y llamas de fuego en su tierraa.

33 Devastó también sus vides y sus higueras,

Y destrozó los árboles de sus territoriosa.

34 Él habló, y vinieron langostasa,

Y orugas sin número;

35 Que devoraron toda la vegetación de su país,

Y se comieron el fruto de su suelo.

36 También hirió de muerte a todo primogénito de su tierraa;

Las primicias de todo su vigorb.

37 Pero a Su pueblo lo sacó con plata y oroa,

Y entre Sus tribus no hubo quien tropezara.

38 Egipto se alegró cuando se fuerona,

Porque su terror había caído sobre ellosb.

39 Extendió una nube para cubrirlosa,

Y fuego para iluminarlos de nocheb.

40 Pidierona, y les mandó codornicesb,

Y los sació de pan del cieloc.

41 Abrió la roca, y brotaron las aguasa;

Corrieron como un río en tierra seca.

42 Porque se acordó de Su santa palabraa

Dada a Abraham Su siervo,

43 Y sacó a Su pueblo con alegría,

Y a Sus escogidos con gritos de júbiloa.

44 También les dio las tierras de las nacionesa,

Y poseyeron el fruto del trabajo de los pueblosb,

45 A fin de que guardaran Sus estatutosa,

Y observaran Sus leyes.

¡Aleluya!

Salmo 106

La rebeldía de Israel y la liberación del Señor

1 ¡Aleluya!

aDen gracias al Señor, porque es bueno;

Porque para siempre es Su misericordiab.

2 ¿Quién puede relatar los poderosos hechos del Señora,

O expresar toda Su alabanza?

3 Bienaventurados los que guardan el juicio,

Los que practican la justicia en todo tiempoa.

4 Acuérdate de mí, oh Señor, en Tu bondad hacia Tu puebloa;

Visítame con Tu salvación,

5 Para que yo vea la prosperidad de Tus escogidosa,

Para que me regocijeb en la alegría de Tu nación,

Para que me gloríe con Tu heredadc.

6 Nosotros hemos pecadoa como nuestros padresb,

Hemos hecho iniquidad, nos hemos conducido impíamente.

7 Nuestros padres en Egipto no entendieron Tus maravillas;

No se acordarona de Tu infinito amor,

Sino que se rebelaron junto al marb, en el Mar Rojo.

8 No obstante, los salvó por amor de Su nombrea,

Para manifestar Su poderb.

9 Reprendió al Mar Rojoa, y se secób;

Y los condujo por las profundidades, como por un desiertoc.

10 Los salvóa de mano del que los odiaba,

Y los redimiób de mano del enemigo.

11 Las aguas cubrieron a sus adversariosa,

Ni uno de ellos escapó.

12 Entonces ellos creyeron en Sus palabrasa,

Y cantaron Su alabanzab.

13 Pero pronto se olvidaron de Sus obrasa;

No esperaron Su consejob.

14 Tuvieron apetitos desenfrenados en el desiertoa,

Y tentaron a Dios en las soledadesb.

15 Él les concedió lo que pedíana,

Pero envió una plaga mortal …

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