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Proverbs 7:1–23:35

7 Hijo mío, guarda mis palabras

Y atesora mis mandamientos contigoa.

2 Guarda mis mandamientos y vivirása,

Y mi enseñanza1 como la niña de tus ojosb.

3 Átalos a tus dedosa,

Escríbelos en la tabla de tu corazónb.

4 Di a la sabiduría: «Tú eres mi hermana»,

Y llama a la inteligencia tu mejor amiga,

5 Para que te guarden de la mujer extraña,

De la desconocida1 que lisonjea2 con sus palabras.

6 Porque desde la ventana de mi casa

Miraba por la celosíaa,

7 Y vi entre los simplesa,

Distinguí entre los muchachos1

A un joven falto de juicio2b,

8 Pasando por la calle, cerca de su1 esquinaa;

Iba2 camino de su1 casab,

9 Al atardecer, al anochecer1a,

En medio2 de la noche y la oscuridad.

10 Entonces una mujer le sale al encuentro,

Vestida como ramera y astuta de corazóna.

11 Es alborotadoraa y rebelde,

Sus pies no permanecen en casab;

12 Está ya en las calles, ya en las plazasa,

Y acechab por todas las esquinas.

13 Así que ella lo agarra y lo besa,

Y descarada1a le dice:

14 «Tenía que ofrecer ofrendas de paz1a,

Y hoy he cumplido mis votosb;

15 Por eso he salido a encontrarte,

Buscando tu rostro con ansiedad, y te he hallado.

16 »He tendido mi lecho con colchasa,

Con linos de Egipto en coloresb.

17 »He rociado mi cama

Con mirra, áloesa y canelab.

18 »Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana,

Deleitémonos con caricias.

19 »Porque mi1 marido no está en casa,

Se ha ido a un largo viaje;

20 Se ha llevado en la mano la bolsa del dineroa,

Volverá a casa para la luna llena».

21 Con sus palabras persuasivas lo atrae,

Lo seduce con sus labios lisonjeros1a.

22 Al instante la sigue

Como va el buey al matadero,

O como uno en grillos al castigo de un necio1,

23 Hasta que una flecha le traspasa el hígado;

Como el ave que se precipita en la trampaa,

Y no sabe que esto le costará la vida.

24 Ahora pues, hijos míos, escúchenme,

Y presten atención a las palabras de mi bocaa.

25 No se desvíe tu corazón hacia sus caminos,

No te extravíes en sus sendasa.

26 Porque muchas son las víctimas1 derribadas por ella,

Y numerosos los que ha matadoa.

27 Su casa es el camino al Seol,

Que desciende a las cámaras de la muertea.

Llamamiento de la sabiduría

8a¿No clama la sabiduría,

Y levanta1 su voz la prudencia?

2 En la cima de las alturasa, junto al camino,

Donde cruzan las sendas, se coloca;

3 Junto a las puertasa, a la salida de la ciudad,

En el umbral de las puertas, da voces:

4 «Oh hombres, a ustedes clamo,

Para los hijos de los hombres es mi voz.

5 »Oh simples, aprendan prudenciaa;

Y ustedes, neciosb, aprendan sabiduría1.

6 »Escuchen, porque hablaré cosas excelentesa,

Y con el abrir de mis labios rectitudb.

7 »Porque mi boca proferirá la verdada,

Abominación a mis labios es la impiedad.

8 »Conforme a la justicia son todas las palabras de mi boca,

No hay en ellas nada torcido ni perversoa.

9 »Todas son sinceras para el que entiendea,

Y rectas para los que han hallado conocimientob.

10 »Reciban mi instrucción y no la plata,

Y conocimiento antes que el oro escogidoa,

11 Porque mejor es la sabiduría que las joyas1a,

Y todas las cosas deseables no pueden compararse con ellab.

La sabiduría se elogia a sí misma

12 »Yo, la sabiduría, habito con la prudenciaa,

Y he hallado conocimiento y discreciónb.

13 »El temor del Señor es aborrecer el mala.

El orgullo, la arroganciab, el mal caminoc

Y la boca perversad, yo aborrezco.

14 »Mío es el consejoa y la prudenciab,

Yo soy la inteligencia, el poder es míoc.

15 »Por mí reinan los reyes,

Y los gobernantes decretan justiciaa.

16 »Por mí gobiernan los príncipes y los nobles,

Todos los que juzgan con justicia.

17 »Amo a los que me amana,

Y los que me buscan con diligencia me hallaránb.

18 »Conmigo están las riquezas y el honora,

La fortuna duradera y la justiciab.

19 »Mi fruto es mejor que el oro, que el oro puroa,

Y mi ganancia es mejor que la plata escogidab.

20 »Yo ando por el camino de la justicia,

Por en medio de las sendas del derecho,

21 Para otorgar heredad a los que me aman

Y así llenar sus tesorosa.

22 »El Señor me poseyó al principio de Su camino,

Antes de Sus obras de tiempos pasados1a.

23 »Desde la eternidad fui establecida1a,

Desde el principio, desde los orígenes de la tierrab.

24 »Cuando no había abismos fui engendrada1,

Cuando no había manantiales abundantes en aguasa.

25 »Antes que los montes fueran asentados,

Antes que las colinas, fui engendrada1a,

26 Cuando Él no había hecho aún la tierra y los campos1,

Ni el polvo primero del mundo.

27 »Cuando estableció los cielosa, allí estaba yo;

Cuando trazó un círculo sobre la superficie del abismob,

28 Cuando arriba afirmó los cielos,

Cuando las fuentes del abismo se afianzaron1,

29 Cuando al mar puso sus límites

Para que las aguas no transgredieran Su mandato1a,

Cuando señaló los cimientos de la tierrab,

30 Yo estaba entonces junto a Éla, como arquitecto;

Yo era Su delicia de día en día,

Regocijándome1 en todo tiempo en Su presencia,

31 Regocijándome1 en el mundo, en Su tierra,

Y teniendo mis delicias con los hijos de los hombresa.

32 »Ahora pues, hijos, escúchenmea,

Porque bienaventurados son los que guardan mis caminosb.

33 »Escuchen la instrucción y sean sabiosa,

Y no la desprecien.

34 »Bienaventurado el hombre que me escuchaa,

Velando a mis puertas día a día,

Aguardando en los postes de mi entrada.

35 »Porque el que me halla, halla la vidaa

Y alcanza el favor del Señorb.

36 »Pero el que peca1 contra mí, a sí mismo se dañaa;

Todos los que me odianb, aman la muertec».

La sabiduría y la insensatez

9 La sabiduría ha edificado su casaa,

Ha labrado sus siete columnas;

2 Ha preparado su alimento1a, ha mezclado su vinob,

Ha puesto también su mesac;

3 Ha enviado a sus doncellasa, y clama

Desde los lugares más altos de la ciudadb:

4 «El que sea simplea que entre aquí».

Al falto de entendimiento1 le diceb:

5 «Ven, come de mi pan,

Y bebe del vino que he mezcladoa.

6 »Abandona la necedad1 y vivirása;

Anda por el camino del entendimientob».

7 El que instruye al insolente, atrae sobre sí deshonra,

Y el que reprende al impío recibe insultos1a.

8 No reprendas al insolente, para que no te aborrezcaa;

Reprende al sabio, y te amaráb.

9 Da instrucción al sabio, y será aún más sabio,

Enseña al justo, y aumentará su sabera.

10 El principio de la sabiduría es el temor1 del Señor,

Y el conocimiento del Santo es inteligenciaa.

11 Pues por mí se multiplicarán tus días,

Y años de vida te serán añadidosa.

12 Si eres sabio, eres sabio para provecho tuyoa,

Y si escarneces, tú solo lo sufrirásb.

13 La mujer insensata es alborotadoraa,

Es simple y no sabe nadab.

14 Se sienta a la puerta de su casa,

En un asiento, en los lugares altos de la ciudada,

15 Llamando a los que pasan,

A los que van derechos por sus sendas:

16 «El que sea simple, que entre aquí».

Y al falto de entendimiento1, le dicea:

17 «Dulces son las aguas hurtadas,

Y el pan comido en secreto es sabrosoa».

18 Pero él no sabe que allí están los muertos1,

Que sus invitados están en las profundidades del Seola.

El justo y el impío

10 Los proverbios de Salomóna.

El hijo sabio alegra al padreb,

Pero el hijo necio es tristeza para su madrec.

2 Tesoros mal adquiridos1 no aprovechan,

Pero la justicia libra de la muertea.

3 El Señor no permitirá que el justo1 padezca hambrea,

Pero rechazará la avidez de los impíosb.

4 Pobre es el que trabaja con mano1 negligente,

Pero la mano de los diligentes enriquecea.

5 El que recoge en el verano es hijo sabio,

El que se duerme durante la siega es hijo que avergüenza.

6 Hay bendiciones sobre la cabeza del justoa,

Pero la boca de los impíos oculta violenciab.

7 La memoria del justo es benditaa,

Pero el nombre del impío se pudriráb.

8 El sabio de corazón aceptará mandatosa,

Pero el necio charlatán1 será derribado.

9 El que anda en integridad anda seguroa,

Pero el que pervierte sus caminos será descubiertob.

10 El que guiña el ojoa causa disgustos1,

Y el necio charlatán2 será derribadob.

11 Fuente de vida es la boca del justoa,

Pero la boca de los impíos encubre violenciab.

12 El odio crea rencillas,

Pero el amor cubre todas las transgresionesa.

13 En los labios del entendido se halla sabiduríaa,

Pero la vara es para las espaldas del falto de entendimiento1b.

14 Los sabios atesoran conocimientoa,

Pero la boca del necio es ruina cercanab.

15 La fortuna del rico es su fortaleza1a,

La ruina de los pobres es su pobrezab.

16 El salario1 del justo es2 vida,

La ganancia del impío, castigo3a.

17 Por senda de vida va el que guarda la instruccióna,

Pero el que abandona la reprensión se extravía.

18 El que oculta el odio tiene labios mentirososa,

Y el que esparce calumnia es un necio.

19 En las muchas palabras, la transgresión es inevitablea,

Pero el que refrena sus labios es prudenteb.

20 La lengua del justo es plata escogidaa,

Pero el corazón de los impíos es poca cosa.

21 Los labios del justo apacientan a muchosa,

Pero los necios mueren por falta de entendimiento1b.

22 La bendición del Señor es la que enriquecea,

Y Él no añade tristeza con ella.

23 Como diversión es para el necio el hacer maldad,

Y la sabiduría lo es para el hombre de entendimientoa.

24 Lo que el impío teme vendrá sobre éla,

Y el deseo de los justos será concedidob.

25 Cuando pasa el torbellino, ya no existe el impíoa,

Pero el justo tiene cimiento eternob.

26 Como el vinagre a los dientes y el humo a los ojos,

Así es el perezoso para quienes lo envíana.

27 El temor del1 Señor multiplica los díasa,

Pero los años de los impíos serán acortadosb.

28 La esperanza de los justos es alegríaa,

Pero la expectación de los impíos pereceráb.

29 Fortaleza para el íntegro es el camino del Señora,

Pero ruina para los que obran iniquidadb.

30 El justo nunca será conmovidoa,

Pero los impíos no habitarán en la tierrab.

31 De la boca del justo brota sabiduríaa,

Pero la lengua perversa será cortadab.

32 Los labios del justo dan a conocer lo agradablea,

Pero la boca de los impíos, lo perversob.

11 La balanza falsa es abominación al Señora,

Pero el peso cabal es Su deleiteb.

2 Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;

Pero la sabiduría está con los humildesa.

3 La integridad de los rectos los guiará,

Pero la perversidad de los traidores los destruiráa.

4 De nada …

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