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Mateo 5:21–7:12

Enseñanza de Jesús sobre el odio

21 »Ustedes han oído que se dijo a los antepasadosa: “No matarásby: “Cualquiera que cometa homicidio será culpable1 ante la cortec”.

22 »Pero Yo les digo que todo aquel que esté enojado con su hermano1 será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: “Insensato2aa su hermano, será culpable ante la corte suprema3b; y cualquiera que diga: “Idiota”, será merecedor del infierno4 de fuegoc.

23 »Por tanto, si estás presentando tu ofrenda1a en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,

24 deja tu ofrenda1 allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermanoa, y entonces ven y presenta tu ofrenda1.

25 »Ponte de acuerdo pronto con tu adversario mientras vas1 con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al guardia2, y seas echado en la cárcela.

26 »En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo1a.

Enseñanza de Jesús sobre el adulterio

27 »Ustedes han oído que se dijoa: “No cometerás adulteriob”.

28 »Pero Yo les digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazóna.

29 »Si tu ojo derecho te hace pecar* , arráncalo y tíralo; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno2a.

30 »Y si tu mano derecha te hace pecar, córtala y tírala; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno1a.

31 »También se dijo: “Cualquiera que repudie a su mujer, que le carta de divorcioa”.

32 »Pero Yo les digo que todo el que se divorcia de1 su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer divorciada2, comete adulterioa.

Enseñanza de Jesús sobre el juramento falso

33 »También han oído que se dijo a los antepasadosa: “No jurarás falsamente1, sino que cumplirás tus juramentos2 al Señorb”.

34 »Pero Yo les digo: no juren de ninguna maneraa; ni por el cielo, porque es el trono de Diosb;

35 ni por la tierra, porque es el estrado de Sus piesa; ni por1 Jerusalén, porque es la ciudad del gran Reyb.

36 »Ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello.

37 »Antes bien, sea el hablar de ustedes1: “, oNo, no”; porque lo que es más de esto, procede del mala.

Enseñanza de Jesús sobre la venganza

38 »Ustedes han oído que se dijoa: “Ojo por ojo y diente por dienteb”.

39 a»Pero Yo les digo: no resistan al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.

40 »Al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa.

41 »Y cualquiera que te obligue a ir un kilómetro, ve con él dos.

42 »Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado, no le vuelvas la espaldaa.

El amor verdadero y su recompensa

43 »Ustedes han oído que se dijoa: “Amarás a tu prójimob y odiarás a tu enemigoc”.

44 »Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguena,

45 para que ustedes sean1 hijos de su Padre que está en los cielosa; porque Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.

46 »Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa tienena? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos1?

47 »Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen más que otros? ¿No hacen también lo mismo los gentiles?

48 »Por tanto, sean ustedes perfectos como su Padre celestial es perfecto.a

La verdadera observancia de la religión

6 »Cuídense de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellosa; de otra manera no tendrán recompensa de su Padre que está en los cielos.

Las ofrendas

2 »Por eso, cuando des limosna1, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombresa. En verdad les digo que ya han recibido su recompensab.

3 »Pero , cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha,

4 para que tu limosna1 sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensaráa.

La oración

5 »Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las callesa, para ser vistos por los hombres1b. En verdad les digo que ya han recibido su recompensac.

6 »Pero , cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puertaa, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensaráb.

7 »Y al orar, no usen ustedes repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabreríaa.

8 »Por tanto, no se hagan semejantes a ellos; porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes que ustedes lo pidana.

El Padre nuestro

9 »aUstedes, pues, oren de esta manera:

Padre nuestro que estás en los cielos,

Santificado sea Tu nombre.

10 Venga Tu reinoa.

Hágase Tu voluntadb,

Así en la tierra como en el cielo.

11 -”Danos hoy el pan nuestro de cada día1a.

12 -”Y perdónanos nuestras deudas1, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudoresa.

13 -”Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mala. Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén1”.

14 »Porque si ustedes perdonan a los hombres sus transgresiones, también su Padre celestial les perdonará a ustedesa.

15 »Pero si no perdonan a los hombres, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus transgresionesa.

El ayuno

16 »Y cuando ayunena, no pongan cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran1 sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad les digo que ya han recibido su recompensab.

17 »Pero , cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostroa,

18 para no hacer ver1 a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensaráa.

El verdadero tesoro

19 »No acumulen para tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran* y robana;

20 sino acumulen1 tesoros en el cieloa, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban;

21 porque donde esté tu tesoroa, allí estará también tu corazón.

22 »aLa lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano1, todo tu cuerpo estará lleno de luz.

23 »Pero si tu ojo está maloa, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad!

24 »Nadie puede servir a dos señoresa; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o apreciará a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas1b.

25 »aPor eso les digo, no se preocupen por su vidab, qué comerán o qué beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa?

26 »Miren las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre celestial1 las alimentaa. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas?

27 »¿Quién de ustedes, por ansiosoa que esté, puede añadir una hora1 al curso de su vida2b?

28 »Y por la ropa, ¿por qué se preocupana? Observen cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan.

29 »Pero les digo que ni Salomóna en toda su gloria se vistió como uno de ellos.

30 »Y si Dios así viste la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará Él mucho más por ustedes, hombres de poca fea?

31 »Por tanto, no se preocupena, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?”.

32 »Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que el Padre celestial1a sabe que ustedes necesitan todas estas cosas.

33 »Pero busquen primero Su1 reino2 y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas3a.

34 »Por tanto, no se preocupena por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará1 de mismo. Bástenle a cada2 día sus propios problemas.

El juicio hacia los demás

7 a»No juzguen para que no sean juzgados.

2 »Porque con el juicio con que ustedes juzguen, serán juzgados; y con la medida con que midan, se les mediráa.

3 »¿Por qué miras la mota* que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojoa?

4 »¿O cómo puedes decir1 a tu hermano: “Déjame sacarte la mota del ojo”, cuando la viga está en tu ojoa?

5 »¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.

6 »No den lo santo a los perrosa, ni echen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con sus patas, y volviéndose los despedacen a ustedes.

La oración recibirá respuesta

7 »aPidan, y se les daráb; busquen, y hallarán; llamen1, y se les abrirá.

8 »Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

9 »¿O qué hombre hay entre ustedes que si su hijo le pide pan, le1 dará una piedra,

10 o si1 le pide un pescado, le2 dará una serpiente?

11 »Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le pidena?

12 »Por eso, todo cuanto quieran que los hombres les hagana, así también hagan ustedes con ellos, porque esta es la ley y los profetasb.

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