Mateo 27:38–44
38 Entonces fueron crucificados* con Él dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda.
39 Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabezaa
40 y diciendo: «Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificasa, sálvate a Ti mismo. Si Tú eres el Hijo de Dios, desciende de la cruzb»
41 De igual manera, también los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos, burlándose de Él, decían:
42 «A otros salvó; a Él mismo no puede salvarse1a. Rey de Israel esb; que baje ahora de la cruz, y creeremos en Él.
43 »En Dios confía; que lo libre ahora si Él lo quierea; porque ha dicho: “Yo soy el Hijo de Dios”».
44 En la misma forma lo injuriaban también los ladrones que habían sido crucificados con Éla.