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Mateo 14:23–32

23 Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orara; y al anochecer, estaba allí solo.

24 Pero la barca ya estaba muy lejos1 de tierra, y era azotada2 por las olas, porque el viento era contrario.

25 A la cuarta vigiliaa de la noche (3 a 6 a.m.), Jesús vino a ellos andando sobre el mar.

26 Y los discípulos, al ver a Jesús andar sobre el mar, se turbaron, y decían: «¡Es un fantasmaa!». Y de miedo, se pusieron a gritar.

27 Pero enseguida Jesús les dijo: «Tengan ánimo, soy Yoa; no temanb.”

28 Y Pedro le respondió: «Señor, si eres Tú, mándame que vaya a Ti sobre las aguas»

29 «Ven», le dijo Jesús. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús.

30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó: «¡Señor, sálvame!»

31 Al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudastea?».

32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó.

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