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Marcos 5:8–13

8 Porque Jesús le decía: «Sal del hombre, espíritu inmundo».

9 «¿Cómo te llamas?», le preguntó Jesús. «Me llamo Legióna», respondió*, «porque somos muchos».

10 Le rogaba entonces con insistencia que no los enviara fuera de la tierra.

11 Había allí una gran manada de cerdos paciendo junto al monte.

12 Y los demonios le rogaron, diciendo: «Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos»

13 Jesús les dio permiso. Y saliendo los espíritus inmundos, entraron en los cerdos; y la manada, unos 2,000, se precipitó por un despeñadero al mar, y en el mar se ahogaron1.

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