Lucas 9:38–39
38 En ese momento un hombre de la multitud gritó: «Maestro, te suplico que veas a mi hijo, pues es el único que tengo1,
39 y sucede que un espíritu se apodera de él, y de repente da gritos, y el espíritu hace que caiga con convulsiones, echando1 espumarajos; y cuando lo estropea, a duras penas se aparta de él.
Un servicio de Software Bíblico Logos