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Lucas 16:14–31

Los fariseos y la ley

14 Los fariseos, que eran amantes del dineroa, oían todas estas cosas y se burlaban de Élb.

15 Y Jesús les dijo: «Ustedes son los que se justifican a mismosa ante los hombres, pero Dios conoce sus corazonesb, porque lo que entre los hombres es de alta estima, abominable es delante de Dios.

16 »La ley y los profetas se proclamaron hasta Juana; desde entonces se anuncian las buenas nuevas del reino de Diosb, y todos se esfuerzan por entrar en él.

17 »Pero es más fácil que el cielo y la tierra pasen, que un ápice1 de la ley deje de cumplirse2a.

18 »Todo el que se divorcia de1 su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la que está divorciada del2 marido, comete adulterioa.

El rico y Lázaro

19 »Había cierto hombre rico que se vestía de púrpura y lino fino, celebrando cada día fiestas con esplendidez.

20 »Y un pobre llamado Lázaro que se tiraba en el suelo a su puertaa cubierto de llagas,

21 ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; además, hasta los perros venían y le lamían las llagas.

22 »Sucedió que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al senoa de Abraham; y murió también el rico y fue sepultado.

23 »En el Hades1a el rico alzó2 sus ojos, estando en tormentos, y vio* a Abraham a lo lejos, y a Lázaro en su seno.

24 »Y gritando, dijo: “Padre Abrahama, ten misericordia de , y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, pues estoy en agonía en esta llamab”.

25 »Pero Abraham le dijo: “Hijo, recuerda que durante tu vida recibiste tus bienesa, y Lázaro, igualmente, males; pero ahora él es consolado aquí, y estás en agonía.

26 Además de1 todo esto, hay un gran abismo puesto entre nosotros y ustedes, de modo que los que quieran pasar de aquí a ustedes no pueden, y tampoco nadie puede2 cruzar de allá a nosotros”.

27 »Entonces él dijo: “Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre,

28 pues tengo cinco hermanos, de modo que él los prevenga1a, para que ellos no vengan también a este lugar de tormento”.

29 »Pero Abraham dijo*: “Ellos tienen a Moisés y a los profetasa; que los oigan a ellos”.

30 »Y el rico contestó: “No, padre Abrahama, sino que si alguien va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán”.

31 »Pero Abraham le contestó: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán si alguien se levanta de entre los muertos”».

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