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Lucas 1:39–80

María visita a Elisabet

39 En esos1 días María se levantó y fue apresuradamente a la región montañosaa, a una ciudad de Judá;

40 y entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet.

41 Cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santoa,

42 y exclamó a gran voz: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

43 »¿Por qué me ha acontecido esto a mí1, que la madre de mi Señora venga a mí?

44 »Porque apenas la voz de tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de gozo en mi vientre.

45 »Y bienaventuradaa la que creyó que tendrá1 cumplimiento lo que le fue dicho de parte del Señor»

46 Entonces María dijo:

«aMi alma engrandece al Señorb,

47 Y mi espíritu se regocija en Diosa mi Salvadorb.

48 »Porque ha mirado la humilde condición de esta su sierva;

Pues desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventuradaa.

49 »Porque grandes cosas me ha hecho el Poderoso;

Y santo es Su nombre.

50 »Y de generación en generación1 es Su misericordia

Para los que le temena.

51 »Ha hecho proezas1 con Su brazoa;

Ha esparcido a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.

52 »Ha quitado a los poderosos de sus tronos;

Y ha exaltado a los humildesa;

53 A los hambrientos ha colmado de bienesa

Y ha despedido a los ricos con las manos vacías.

54 »Ha ayudado a Israel, Su siervo,

Para recuerdo de Su1 misericordia

55 Tal como dijo a nuestros padres,

A Abraham y a su descendencia1 para siemprea».

56 María se quedó con Elisabet1 como tres meses y después regresó a su casa.

Nacimiento de Juan el Bautista

57 Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo.

58 Y sus vecinos y parientes oyeron que el Señor había demostrado1 Su gran misericordiaa hacia ella, y se regocijaban con ella.

59 Al octavo día vinieron para circuncidar al niñoa, y lo iban a llamar Zacarías según el nombre de su padre.

60 «No, sino que se llamará Juana», respondió la madre.

61 Y le dijeron: «No hay nadie en tu familia1 que tenga ese nombre»

62 Entonces preguntaban por1 señasa al padre, cómo lo quería llamar.

63 Él pidió una tablilla y escribió lo siguiente1: «Su nombre es Juana». Y todos se maravillaron.

64 Al instante le fue abierta su boca y suelta su lengua, y comenzó a hablara dando alabanza a Dios.

65 Y vino temor sobre todos los que vivían a su alrededor; y todas estas cosas se comentaban en toda la región montañosaa de Judea.

66 Todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: «¿Qué, pues, llegará a ser este niño?». Porque la mano del Señor ciertamente estaba con éla.

Profecía de Zacarías

67 Su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santoa, y profetizób diciendo:

68 «Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

Porque nos ha visitado y ha traído redencióna para Su pueblo,

69 Y nos ha levantado un cuerno de salvacióna

En la casa de David Su siervob,

70 Tal como lo anunció1 por boca de Sus santos profetasa desde los tiempos antiguosb,

71 Salvación1a de nuestros enemigos

Y de la mano de todos los que nos aborrecenb;

72 Para mostrar misericordiaa a nuestros padres,

Y para recordar Su santo pactob,

73 El juramento que hizo1 a nuestro padre Abrahama:

74 Concedernos que, librados de la mano de nuestros enemigos,

Le sirvamos sin temor,

75 En santidad y justiciaa delante de Él, todos nuestros días.

76 “Y tú, niño, serás llamado profetaa del Altísimob;

Porque irás delante del Señorc para preparar Sus caminosd;

77 Para dar a Su pueblo el conocimiento de la salvación

Por1 el perdón de sus pecadosa,

78 Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,

Con que la Auroraa nos visitará desde lo alto,

79 Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muertea,

Para guiar nuestros pies en el camino de paz».

80 Y el niño crecía y se fortalecíaa en espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que apareció en público a Israel.

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