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Isaías 44:6–23

6 »Así dice el Señor, el Reya de Israel,

Y su Redentorb, el Señor de los ejércitos:

“Yo soy el primero y Yo soy el últimoc,

Y fuera de Mí no hay Diosd.

7 -”¿Y quién como Yo? Que lo proclame y lo declare.

Sí, que en orden lo relate ante1 Mí,

Desde que establecí la antigua nación2.

Que les anuncien las cosas venideras

Y lo que va a acontecera.

8 -”No tiemblen ni teman;

¿No se1 lo he hecho oír y lo he anunciado desde hace tiempoa?

Ustedes son Mis testigosb.

¿Hay otro dios fuera de Míc,

O hay otra Rocad?

No conozco ninguna”».

Insensatez de la idolatría

9 Todos los que dan forma a un ídolo1 son nada2, y sus cosas más preciadas de nada sirven. Aun sus propios testigos no ven ni entienden, por eso serán avergonzadosa.

10 ¿Quién ha dado forma a un dios o fundido un ídolo1 para no tener gananciaa?

11 Ciertamente todos sus compañeros serán avergonzados, pues los artífices son solo hombres. Que se reúnan todos, que se levanten, que tiemblen, que sean a una avergonzadosa.

12 El herrero hace un instrumento cortante1; lo trabaja sobre las brasas, lo forma con martillo y lo forja con su brazo fuertea. Después2 siente hambre y flaquean sus fuerzas3; no bebe agua, y desfallece.

13 El carpintero extiende el cordel de medir, traza el diseño1 con tiza roja, lo labra con cinceles, lo traza con el compása y le da2 forma de hombreb y belleza humana para colocarlo en una casac.

14 Corta cedros para sí, toma un ciprés1 o una encina, y hace que sea fuerte entre los árboles del bosque. Planta un pino y la lluvia lo hace crecer.

15 Luego sirve para que el hombre haga fuego, y toma uno y se calienta; también hace fuego para cocer pan. Además, hace un dios y lo adora; hace de él una imagen tallada1a y se postra delante de ellab.

16 La mitad del leño quema en el fuego; sobre esta mitad prepara un asado, come carne y se sacia. También se calienta, y dice: «¡Ah!, me he calentado, he visto la llama»

17 Y del resto hace un dios, su ídolo1. Se postra delante de él, lo adoraa, y le ruega, diciendo: «Líbrame, pues tú eres mi diosb»

18 Ellos no saben ni entiendena, porque Él ha cerrado1 sus ojos para que no vean y su corazón para que no comprendanb.

19 Ninguno reflexiona1; no tienen conocimiento ni inteligenciaa para decir: «He quemado la mitad en el fuego, y también he cocido pan sobre sus brasas. He asado carne y la he comido; y del resto ¿haré una abominaciónb? ¿Me postraré2 ante un pedazo de madera?»

20 Se alimenta de cenizas1a; el corazón engañado le ha extraviadob. A sí mismo2 no se puede librar, ni decir: «¿No es mentirac lo que tengo en mi diestra?»

Dios perdona y redime

21 «Recuerda estas cosasa, Jacob,

Y , Israel, porque eres Mi siervo.

Yo te he formado, siervo Mío eresb.

Israel, no me olvidaré de tic.

22 He disipado como una densa nube tus transgresionesa,

Y como espesa niebla1 tus pecados.

Vuélvete a Míb, porque Yo te he redimidoc.”

23 Griten de júbilo, cielos, porque el Señor lo ha hecho.

Griten de alegría, profundidades de la tierraa.

Prorrumpan, montes, en gritos de júbilob,

Y el bosque, y todo árbol que en él hayc,

Porque el Señor ha redimido a Jacobd

Y ha mostrado Su gloria1 en Israele.

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