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Isaías 42:18–25

18 Sordos, oigan;

Ciegos, miren y veana.

19 ¿Quién es ciego sino Mi siervoa,

O tan sordo como el mensajerob a quien envío?

¿Quién es tan ciego como el que está en paz1c conmigo,

O tan ciego como el siervo del Señor?

20 Tú has visto muchas cosas, pero no las observas.

Los oídos están abiertos, pero nadie oyea.

21 El Señor se agradó por causa de Su justicia

En hacer la ley grande y gloriosaa.

22 Pero este es un pueblo saqueado y despojado,

Todos están atrapados en cuevas1a,

O escondidos en prisionesb.

Se han convertido en presa sin que nadie los libre

Y en despojo sin que nadie diga: «Devuélvelos».

23 ¿Quién de ustedes prestará oído a esto?

¿Quién pondrá atención y escuchará en el futuro?

24 ¿Quién entregó a Jacob al despojo,

Y a Israel a los saqueadores?

¿No fue el Señor, contra quien pecamos?

En Sus caminos no quisieron andara,

Ni obedecieron Su leyb.

25 Por eso derramó sobre él el ardor de Su ira

Y la violencia de la batalla.

Le prendió fuego por todos ladosa,

Pero él no se dio cuenta;

Lo consumió, pero él no hizo caso1b.

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