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Hechos de los Apóstoles 14:8–20

Pablo y Bernabé en Listra

8 Y había en Listraa un hombre que estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo desde el seno de su madre y que nunca había andadob.

9 Este escuchaba hablar a Pablo, el cual, fijando la mirada en éla, y viendo que tenía fe para ser sanado1b,

10 dijo con voz fuerte: «Levántate derecho sobre tus pies». Y él dio un salto y comenzó a andara.

11 Cuando la multitud vio lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en el idioma de Licaoniaa: «Los dioses se han hecho semejantes a hombresb y han descendido a nosotros»

12 Y llamaban a Bernabé, Júpiter1, y a Pablo, Mercurio2, porque este era el que dirigía la palabra.

13 El sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba en las afueras de1 la ciudad, trajo toros y guirnaldas a las puertas, y quería ofrecer sacrificiosa junto con la multitud.

14 Pero cuando lo oyeron los apóstolesa Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropasb y se lanzaron en medio de la multitud, gritando:

15 «Señores, ¿por qué hacen estas cosas? Nosotros también somos hombres de igual naturaleza que ustedesa, y les anunciamos el evangeliob para que se vuelvan de estas cosas vanasc a un Dios vivod, que hizo el cielo, la tierra, el mar, y todo lo que hay en ellose.

16 »En las generaciones pasadas Él permitió que todas las naciones1 siguieran sus propios caminosa;

17 y sin embargo, no dejó de dar testimonio de Él mismoa, haciendo bien y dándoles lluvias del cielo y estaciones fructíferasb, llenando sus corazones de sustento y de alegría»

18 Aun diciendo estas palabras, apenas pudieron impedir que las multitudes les ofrecieran sacrificio.

Pablo apedreado en Listra

19 Pero vinieron algunos judíos de Antioquíaa y de Iconiob, y habiendo persuadido a la multitudc, apedrearon a Pablod y lo arrastraron1 fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.

20 Pero mientras los discípulosa lo rodeaban, él se levantó y entró en la ciudad. Al día siguiente Pablo partió con Bernabé a Derbeb.

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