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Hebreos 4:1–11

4 Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la1 promesa de entrar en Su reposo2, alguno de ustedes parezca no haberlo alcanzadoa.

2 Porque en verdad, a nosotros se nos ha anunciado las buenas nuevas, como también a ellos. Pero la palabra que ellos oyeron1 no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en2 los que la oyerona.

3 Porque los que hemos creído entramos en ese reposo, tal como Él ha dicho:

«Como juré en Mi ira:

“No entrarán en Mi reposoa”»,

aunque las obras de Él estaban acabadas desde la fundación del mundob.

4 Porque así ha dicho en cierto lugara acerca del séptimo día: «Y Dios reposó en el séptimo día de todas Sus obrasb»;

5 y otra vez en este pasaje: «No entrarán en Mi reposoa».

6 Por tanto, puesto que todavía falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes antes se les anunció las buenas nuevas no entraron por causa de su desobediencia1a,

7 Dios otra vez fija un día: Hoy. Diciendo por medio de1 David después de mucho tiempo, como se ha dicho antes:

«Si ustedes oyen hoy Su voz, No endurezcan sus corazonesa».

8 Porque si Josué1 les hubiera dado reposoa, Dios no habría hablado de otro día después de ese.

9 Queda, por tanto, un reposo sagrado para el pueblo de Dios.

10 Pues el que ha entrado a Su reposo1, él mismo ha reposado de sus obrasa, como Dios reposó de las Suyasb.

11 Por tanto, esforcémonos por entrar en ese reposo, no sea que alguien caiga siguiendo el mismo ejemploa de desobedienciab.

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