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Génesis 39:2–9

2 Pero el Señor estaba con Joséa, que llegó a ser un hombre próspero, y vivía en la casa de su amo el egipcio.

3 Vio su amo que el Señor estaba con éla y que el Señor hacía prosperar en su mano todo lo que él hacíab.

4 Así José halló gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo personal1a; y él lo hizo mayordomo sobre su casa y entregó en su mano todo lo que poseíab.

5 Y sucedió que desde el tiempo que lo hizo mayordomo sobre su casa y sobre todo lo que poseía, el Señor bendijo la casa del egipcio por causa de Joséa. La bendición del Señor estaba sobre todo lo que poseía en la casa y en el campob.

6 Así que todo lo que poseía lo dejó en mano de José, y con él allí no se preocupaba de1 nada, excepto del pan que comía. Y era José de gallarda2 figura y de hermoso parecera.

José y la mujer de Potifar

7 Sucedió después de estas cosas que la mujer de su amo miró1 a José con deseoa y le dijo: «Acuéstate conmigob».

8 Pero él rehusóa y dijo a la mujer de su amo: «Estando yo aquí1, mi amo no se preocupa de nada2 en la casa, y ha puesto en mi mano todo lo que posee.

9 »No hay nadie1 más grande que yo en esta casaa, y nada me ha rehusado excepto a usted, pues es su mujer. ¿Cómo entonces podría yo hacer esta gran maldad y pecar contra Diosb

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