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Deuteronomio 29–30

El pacto hecho en Moab

29 1Estas son las palabras del pacto que el Señor mandó a Moisés que hiciera con los israelitas en la tierra de Moaba, además del pacto que Él había hecho con ellos en Horebb.

2 1Moisés convocó a todo Israel y les dijo: «Delante de sus ojos, ustedes han visto todo lo que el Señor hizo en la tierra de Egipto a Faraón, a todos sus siervos y a toda su tierra,

3 las grandes pruebas que vieron sus1 ojos, aquellas grandes señales y maravillasa.

4 »Pero hasta el día de hoy el Señor no les ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oíra.

5 »Yo los he conducido durante cuarenta años en el desierto; no se han gastado los vestidos sobre ustedes y no se ha gastado la sandalia en su1 piea.

6 »No han comido pan ni han bebido vino ni sidraa, para que sepan que Yo soy el Señor su Dios.

7 »Cuando ustedes llegaron1 a este lugar, Sehón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, salieron a nuestro encuentro para pelear, pero los derrotamos2a;

8 y tomamos su tierra y la dimos en herencia a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasésa.

9 »Guarden, pues, las palabras de este pacto y pónganlas en prácticaa, para que prosperen en todo lo que haganb.

10 »Hoy están todos ustedes en presencia del Señor su Dios: sus jefes1, sus tribus, sus ancianos y sus oficiales, todos los hombres de Israel,

11 sus pequeños, sus mujeres, y el extranjero que está dentro de tus campamentos, desde tu leñador hasta el que saca tu aguaa,

12 para que entres en el pacto con el Señor tu Dios, y en Su juramento que el Señor tu Dios hace hoy contigo,

13 a fin de establecerte hoy como Su pueblo y que Él sea tu Dios, tal como te lo ha dicho y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacoba.

14 »Y no hago solo con ustedes este pactoa y este juramento,

15 sino también con los que hoy están aquí con nosotros en la presencia del Señor nuestro Dios, y con los que no están hoy aquí con nosotrosa

16 (pues ustedes saben cómo habitamos en la tierra de Egipto y cómo pasamos en medio de las naciones por las cuales han pasado,

17 además, han visto sus abominaciones y los ídolos de madera y de piedra, de plata y de oroa, que tenían con ellos);

18 no sea que haya entre ustedes hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aleje hoy del Señor nuestro Dios para ir y servir a los dioses de aquellas nacionesa; no sea que haya entre ustedes una raíz que produzca fruto venenosob y ajenjo.

19 »Y sucederá que cuando él oiga las palabras de esta maldición, se envanecerá1, diciendo: “Tendré paz aunque ande en la terquedad de mi corazón, a fin de destruir la tierra regada junto con la seca”.

20 »El Señor jamás querrá perdonarlo, sino que la ira del Señor y Su celo arderán1a contra ese hombre, y toda maldición que está escrita en este libro caerá sobre él, y el Señor borrará su nombre de debajo del cielob.

21 »Entonces el Señor lo señalará para adversidad1 de entre todas las tribus de Israel, según todas las maldiciones del pacto que están escritas en este libro de la leya.

22 »Y la generación venidera, sus hijos que se levanten después de ustedes y el extranjero que venga de tierra lejana, cuando vean las plagas de la tierra y las enfermedades con las que el Señor la ha afligido1a, dirán:

23 “Toda su tierra es azufre, sal y calcinacióna, sin sembrar, nada germina1 y el pasto no crece en ella, como en la destrucción de Sodoma y Gomorra, de Adma y de Zeboim que el Señor destruyó en Su ira y en Su furorb”.

24 »Y todas las naciones dirán: “¿Por qué ha hecho así el Señor a esta tierra? ¿Por qué esta gran explosión1 de iraa?”.

25 »Entonces los hombres dirán: “Porque abandonaron el pacto que el Señor, el Dios de sus padres, hizo con ellos cuando los sacó de la tierra de Egiptoa.

26 ”Y ellos fueron y sirvieron a otros dioses y los adoraron, dioses que no habían conocido y los cuales Él no les había dado1.

27 ”Por eso, ardió la ira del Señor contra aquella tierra, para traer sobre ella toda maldición que está escrita en este libroa;

28 y el Señor los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con gran enojo, y los arrojó a otra tierraa, hasta hoy”.

29 »Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Diosa, pero las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta leyb.

Promesa de restauración

30 »Y sucederá que cuando todas estas cosas hayan venido sobre ti, la bendición y la maldición que he puesto delante de tia, y tú las recuerdes1 en todas las naciones adonde el Señor tu Dios te haya desterradob,

2 y vuelvas al Señor tu Dios, tú y tus hijos, y le obedezcas1a con todo tu corazón y con toda tu almab conforme a todo lo que yo te ordeno hoy,

3 entonces el Señor tu Dios te hará volver de tu cautividad1a, y tendrá compasión de ti y te recogerá de nuevo de entre todos los pueblos adonde el Señor tu Dios te haya dispersadob.

4 »Si tus desterrados están en los confines de la tierra1, de allí el Señor tu Dios te recogerá y de allí te hará volver2a.

5 »Y el Señor tu Dios te llevará a la tierra que tus padres poseyeron, y tú la poseerása; y Él te prosperará y te multiplicará más que a tus padresb.

6 »Además, el Señor tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes1, para que ames al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu almaa, a fin de que vivas.

7 »El Señor tu Dios pondrá todas estas maldiciones sobre los enemigos y sobre los aborrecedoresa que te persiguieron.

8 »Y tú volverás a escuchar la voz del Señor, y guardarás todos Sus mandamientos que yo te ordeno hoy.

9 »Entonces el Señor tu Dios te hará prosperar abundantemente1 en toda la obra de tu mano, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto2 de tu tierraa, pues el Señor de nuevo se deleitará en ti para bien, tal como se deleitó en tus padresb,

10 si obedeces a1 la voz del Señor tu Dios, guardando Sus mandamientos y Sus estatutos que están escritos en este libro de la leya, y si te vuelves al2 Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu almab.

11 »Este mandamiento que yo te ordeno hoy no es muy difícil para ti, ni está fuera de tu alcance1.

12 »No está en el cielo, para que digas1: “¿Quién subirá por nosotros al cielo para traérnoslo y hacérnoslo oír a fin de que lo guardemosa?”.

13 »Ni está más allá del mar, para que digas1: “¿Quién cruzará el mar por nosotros para traérnoslo y para hacérnoslo oír, a fin de que lo guardemos?”.

14 »Pues la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la guardes.

15 »Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien1, la muerte y el mal2a.

16 »Hoy te ordeno amar al Señor tu Diosa, andar en Sus caminos y guardar Sus mandamientos, Sus estatutos y Sus decretos, para que vivas y te multipliques, a fin de que el Señor tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar para poseerlab.

17 »Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y los sirves,

18 Yo les declaro hoy que ciertamente perecerána. No prolongarán sus días en la tierra adonde tú vas, cruzando el Jordán para entrar en ella y1 poseerla.

19 »Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra ustedesa de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldiciónb. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia1,

20 amando al Señor tu Diosa, escuchando Su voz y allegándote a Élb; porque eso1 es tu vida y la largura de tus días, para que habitesc en la tierra que el Señor juró dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacobd».

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