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Deuteronomio 28:20–68

20 »El Señor enviará sobre ti maldición, confusión y censura en todo lo que emprendas1a, hasta que seas destruido y hasta que perezcas rápidamenteb, a causa de la maldad de tus hechos, porque me has abandonado.

21 »El Señor hará que la peste se te pegue hasta que te haya consumido de sobre la tierra adonde vas a entrar para poseerlaa.

22 »Te herirá el Señor de tisis, de fiebrea, de inflamación y de gran ardor, con la espada1, con pestes y plagasb; y te perseguirán hasta que perezcasc.

23 »El cielo que está encima de tu cabeza será de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.

24 »El Señor hará que la lluvia de tu tierra sea polvo y ceniza; descenderá del cielo sobre ti hasta que seas destruidoa.

25 »El Señor hará que seas derrotado1 delante de tus enemigosa; saldrás contra ellos por un camino, pero huirás por siete caminos delante de ellos, y serás ejemplo de terror para todos los reinos de la tierrab.

26 »Y tus cadáveres serán alimento para todas las aves del cielo y para los animales de la tierra, y no habrá nadie que los espantea.

27 »El Señor te herirá con los tumores de Egipto y con úlceras, sarna y comezón, de los que no podrás ser sanadoa.

28 »Te herirá el Señor con locura, con ceguera y con turbación de corazón1;

29 y andarás a tientas a mediodía como el ciego anda a tientas en la oscuridada, y no serás prosperado en tus caminos; más bien serás oprimido y robado continuamente, sin que nadie te salve.

30 »Te desposarás con una mujer, pero otro hombre se acostará con ellaa; edificarás una casa, pero no habitarás en ella; plantarás una viña, pero no aprovecharás su fruto1b.

31 »Tu buey será degollado delante de tus ojos, pero no comerás de él; tu asno será arrebatado, y no te será devuelto; tu oveja será dada a tus enemigos, y no tendrás quien te salve.

32 »Tus hijos y tus hijas serán dados a otro puebloa, mientras tus ojos miran y desfallecen por ellos continuamente, pero no habrá nada que puedas hacer1.

33 »Un pueblo que no conoces comerá el producto de tu suelo y de todo tu trabajo, y no serás más que un pueblo oprimido y quebrantado todos los díasa.

34 »Y te volverás loco por lo que verán tus ojos1.

35 »Te herirá el Señor en las rodillas y en las piernas con llagas malignas de las que no podrás ser sanadoa, desde la planta de tu pie hasta la coronilla.

36 »El Señor te llevará a ti y a tu rey, al que hayas puesto sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres han conocidoa, y allí servirás a otros dioses de madera y de piedrab.

37 »Y vendrás a ser motivo de horror, proverbio y burla entre todos los pueblos donde el Señor te llevea.

38 »Sacarás mucha semilla al campo, pero recogerás pocoa, porque la langosta la devoraráb.

39 »Plantarás y cultivarás viñas, pero no beberás del vino ni recogerás las uvasa, porque el gusano se las comerá.

40 »Tendrás olivos por todo tu territorio pero no te ungirás con el aceite, porque tus aceitunas se caerána.

41 »Tendrás1 hijos e hijas, pero no serán tuyosa, porque irán al cautiverio.

42 »Todos tus árboles y el fruto de tu suelo los consumirá1 la langosta2a.

43 »El extranjero que esté en medio de ti se elevará sobre ti cada vez más alto, pero tú descenderás cada vez más bajoa.

44 »Él te prestará, pero tú no le podrás prestara. Él será la cabeza y tú serás la colab.

45 »Todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te perseguirán y te alcanzarán hasta que seas destruidoa, porque tú no escuchaste la voz del Señor tu Dios, y no guardaste los mandamientos y estatutos que Él te mandó.

46 »Ellas serán señal y maravillaa sobre ti y sobre tu descendencia1 para siempre.

47 »Por cuanto no serviste al Señor tu Dios con alegría y con gozo de corazón, cuando tenías1 la abundancia de todas las cosasa,

48 por tanto servirás a tus enemigos, los cuales el Señor enviará contra ti: en hambre, en sed, en desnudez y en escasez de todas las cosasa. Él pondrá yugo de hierro sobre tu cuellob hasta que te haya destruido.

49 »El Señor levantará contra ti una nación de lejos, desde el extremo de la tierraa, que descenderá veloz como águilab, una nación cuya lengua no entenderásc,

50 una nación de rostro fiero que no tendrá respeto al ancianoa ni tendrá compasión del niño1.

51 »Se comerá la cría1 de tu ganado y el fruto de tu suelo, hasta que seas destruido; tampoco te dejará grano, ni vino nuevo, ni aceite, ni el aumento de tu ganado, ni las crías de tu rebaño, hasta que te haya hecho perecer.

52 »Y esa nación te pondrá sitio en todas tus ciudades1, hasta que tus muros altos y fortificados en los cuales tú confiabas caigan por toda tu tierra; y te sitiará en todas tus ciudades1a, por toda la tierra que el Señor tu Dios te ha dado.

53 »Entonces comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijasa que el Señor tu Dios te ha dado, en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimirá1.

54 »El hombre que es tierno1 y muy delicado en medio de ti, será hostil2 hacia su hermano, hacia la mujer que ama3 y hacia el resto de sus hijos que le queden,

55 y no dará a ninguno de ellos nada de la carne de sus hijos que se comerá, ya que no le quedará nada en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimirá1 en todas tus ciudades2.

56 »La mujer tierna1 y delicada en medio tuyo, que no osaría poner la planta de su pie en tierra por ser delicada y tierna, será hostil2 hacia el esposo que ama3, también hacia su hijo, hacia su hijaa,

57 hacia la placenta que salga de su seno1 y hacia los hijos que dé a luza; porque se los comerá en secreto por falta de otra cosa, en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimirá2 en tus ciudades3.

58 »Si no cuidas de poner en práctica todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo1 este nombre glorioso y temiblea, el Señor tu Diosb,

59 entonces el Señor hará horribles tus plagas y las plagas de tus descendientes1, plagas severas2 y duraderas, y enfermedades perniciosas y crónicas.

60 »Y traerá de nuevo sobre ti todas las enfermedades de Egiptoa de las cuales tenías temor, y no te dejarán1.

61 »También el Señor traerá sobre ti toda enfermedad y toda plaga que no están escritas en el libro de esta ley, hasta que seas destruidoa.

62 »Entonces quedarán pocos de ustedes en número, aunque eran multitud como las estrellas del cieloa, porque no obedeciste al1 Señor tu Dios.

63 »Y sucederá que tal como el Señor se deleitaba en ustedes para prosperarlos y multiplicarlosa, así el Señor se deleitará en ustedes para hacerlos perecer y destruirlosb; y serán arrancados de la tierra en la cual entran para poseerlac.

64 »Además, el Señor te dispersará entre todos los pueblos de un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierraa; y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres han conocidob.

65 »Y entre esas naciones no hallarás descansoa, ni habrá reposo para la planta de tu pie, sino que allí el Señor te dará un corazón temerosob, desfallecimiento de ojos y desesperación de alma.

66 »Tendrás la vida pendiente de un hilo1; y estarás aterrado de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.

67 »Por la mañana dirás: “¡Oh, si fuera la tarde!”. Y por la tarde dirás: “¡Oh, si fuera la mañanaa!”, por causa del espanto de tu corazón con que temerás y por lo que verán tus ojos1.

68 »Y el Señor te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual yo te había dicho: “Nunca más volverás a verlo”. Y allí ustedes se ofrecerán en venta como esclavos y esclavas a sus enemigos, pero no habrá comprador».

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