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Apocalipsis 1:12–18

12 Entonces me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo, y al volverme, vi siete candelabros de oroa.

13 En medio de los candelabrosa, vi a uno semejante al Hijo del Hombre1b, vestido con una túnica que le llegaba hasta los piesc y ceñido por el pecho con un cinto de orod.

14 Su cabeza y Sus cabellos eran blancos como la blanca lanaa, como la nieve. Sus ojos eran como una llama de fuegob.

15 Sus pies se parecían al bronce bruñidoa cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y Su voz como el ruido de muchas aguasb.

16 En Su mano derecha tenía siete estrellasa, y de Su boca salía una espada aguda de dos filosb. Su rostroc era como el sol cuando brilla con toda su fuerzad.

17 Cuando lo vi, caí como muerto a Sus piesa. Y Él puso Su mano derecha sobre míb, diciendo: «No temasc, Yo soy el Primero y el Últimod,

18 y el que vivea, y estuve muertob. Pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades1c.

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