2 Corintios 1:3–4
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristoa, Padre de misericordias y Dios de toda consolaciónb,
4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulacionesa, para que también nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción, dándoles el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.
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