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2º Samuel 18:32–33

32 Dijo el rey al cusita: «¿Le va bien al joven Absalóna?». Y el cusita respondió: «Sean como ese joven los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levantan contra usted para malb».

133 El rey se conmovió profundamente, y subió al aposento que había encima de la puerta y lloró. Y decía así mientras caminaba: «¡Hijo mío Absalón; hijo mío, hijo mío Absalóna! ¡Quién me diera haber muerto yo en tu lugar! ¡Absalón, hijo mío, hijo míob!».

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