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2 Pedro 3:8–13

El día del Señor

8 Pero, amadosa, no ignoren esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un díab.

9 El Señor no se tardaa en cumplir Su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es pacienteb para con ustedes1, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento2c.

10 Pero el día del Señora vendrá como ladrónb, en el cual los cielos pasaránc con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego1 intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas2d.

11 Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no deben ser ustedes en santa conducta y en piedad,

12 esperando y apresurando la venida del día de Diosa, en1 el cual los cielos serán destruidos por fuego2b y los elementosc se fundirán con intenso calor!

13 Pero, según Su promesaa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierrab, en los cuales mora la justiciac.

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