Cargando…

2 Corintios 7:5–9

Pablo confortado

5 Pues aun cuando llegamos a Macedoniaa, nuestro cuerpo1 no tuvo ningún reposo, sino que nos vimos atribulados por todos ladosb: por fuera, conflictos; por dentro, temoresc.

6 Pero Dios, que consuelaa a los deprimidos1, nos consoló con la llegada de Titob;

7 y no solo con su llegada, sino también con el consuelo con que él fue consolado en ustedes, haciéndonos saber el gran afecto1 de ustedes, su llanto y su celo por mí; de manera que me regocijé aún más.

8 Porque si bien les causé tristezaa con mi carta, no me pesa. Aun cuando me pesó, pues veo que esa carta les causó tristeza, aunque solo por poco tiempo;

9 pero ahora me regocijo, no de que fueron entristecidos, sino de que fueron entristecidos para arrepentimiento; porque fueron entristecidos conforme a la voluntad de Dios, para que no sufrieran pérdida alguna1 de parte nuestra.

Leer más



Un servicio de Software Bíblico Logos