1 Pedro 1:3–9
La esperanza viva del cristiano
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristoa, quien según Su gran misericordiab, nos ha hecho nacer de nuevoc a una esperanza vivad, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertose,
4 para obtener una herenciaa incorruptible, inmaculada, y que no se marchitaráb, reservada en los cielos para ustedesc.
5 Mediante la fea ustedes son protegidos por el poder de Diosb, para la salvaciónc que está preparada para ser revelada en el último tiempod.
6 En lo cual ustedes se regocijan grandementea, aunque ahora, por un poco de tiempob si es necesarioc, sean afligidos con diversas pruebas1d,
7 para que la prueba1 de la fe de ustedesa, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuegob, sea hallada que resulta en alabanzac, gloria y honor en la revelación de Jesucristod;
8 a quien sin haber vistoa, ustedes lo amanb, y a quien ahora no ven, pero creen en Él, y se regocijan grandemente con gozo inefable y lleno de gloria1,
9 obteniendo, como1 resultado de su fea, la salvación de sus2 almas.