1 Corintios 15:44–55
44 se siembra un cuerpo naturala, se resucita un cuerpo espiritualb. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual.
45 Así también está escrito: «El primer hombre, Adán, fue hecho alma vivientea». El último Adánb, espíritu que da vidac.
46 Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual.
47 El primer hombre es de la tierraa, terrenal1b; el segundo hombre es del cielo.
48 Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestialesa.
49 Y tal como hemos traído la imagen del terrenala, traeremos1 también la imagen del celestialb.
La victoria final sobre la muerte
50 Esto digo, hermanos: que la carne y la sangrea no pueden heredar el reino de Diosb; ni lo que se corrompe1 hereda lo incorruptible2c.
51 Así que les digo un misterioa: no todos dormiremos1, pero todos seremos transformadosb
52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta sonaráa y los muertos resucitaránb incorruptibles, y nosotros seremos transformadosc.
53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidada.
54 Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «Devorada ha sido la muerte en victoriaa.
55 »¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro1, tu aguijóna?».