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1º Reyes 8:46–53

46 »Cuando pequen contra Ti (pues no hay hombre que no pequea) y estés lleno de ira contra ellos, y los entregues delante del enemigo, y estos1 los lleven cautivos a la tierra del enemigob, lejos o cerca,

47 si recapacitan1 en la tierra adonde hayan sido llevados cautivos, y se arrepienten y te hacen súplica en la tierra de los que los llevaron cautivosa, diciendo: “Hemos pecado y hemos cometido iniquidad, hemos obrado perversamenteb”,

48 si se vuelven a Ti con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de sus enemigos que los llevaron cautivosa, y oran a Ti vueltos hacia la tierra que diste a sus padres, hacia la ciudad que has escogido, y hacia la casa que he edificado a Tu nombreb,

49 entonces escucha Tú desde los cielos, el lugar de Tu morada, su oración y su súplica y hazles justicia.

50 »Perdona a Tu pueblo que ha pecado contra Ti, todas las transgresiones que hayan cometido contra Ti, y hazlos objeto de compasión ante los que los llevaron cautivos, para que tengan compasión de ellosa

51 (porque ellos son Tu pueblo y Tu heredad que sacaste de Egiptoa, de en medio del horno de hierrob).

52 »Que Tus ojos estén abiertos a la súplica de Tu siervoa y a la súplica de Tu pueblo Israel, para escucharlos siempre que te invoquen.

53 »Pues Tú los has separado de entre todos los pueblos de la tierra como Tu heredad, como lo dijiste por medio de Tu siervo Moisés, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto, oh Señor Dios1a».

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