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1 Pedro 3:3–5

3 Que el adorno de ustedes no sea el externoa: peinados ostentosos1, joyas de oro o vestidos lujosos,

4 sino que sea lo que procede de lo íntimo del corazón1a, con el adorno2 incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios.

5 Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Diosa, estando sujetas a sus maridos.

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