1 Timoteo 1:3–11
Advertencia contra doctrinas extrañas
3 Tal como te rogué al salir para Macedoniaa que te quedaras en Éfesob para que instruyeras a algunos que no enseñaran doctrinas extrañasc,
4 ni prestaran atención a1 mitosa y genealogíasb interminables, lo que da lugar a discusiones2c inútiles en vez de hacer avanzard el plan de Dios que es por fe, así te encargo ahora.
5 Pero el propósito de nuestra instrucción1a es el amor nacido de un corazón purob, de una buena concienciac y de una fe sincera2d.
6 Pues algunos, desviándose de estas cosas, se han apartado hacia una vana palabrería1a.
7 Quieren sera maestros de la leyb, aunque no saben lo que dicen ni entienden las cosas acerca de las cuales hacen declaraciones categóricas.
8 Pero nosotros sabemos que la leya es buena, si uno la usa legítimamente.
9 Reconozcamos esto: que la leya no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldesb, para los impíosc y pecadores, para los irreverentes y profanosd, para los que matan a sus padres o a sus madres, para los asesinos,
10 para los inmorales1a, homosexualesb, secuestradoresc, mentirososd, los que juran en falsoe, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrinaf,
11 según el glorioso evangelioa del Dios benditob, que me ha sido encomendadoc.