Cargando…

1º Samuel 2:1–10

2 Entonces Ana oró y dijoa:

«Mi corazón se regocija en el Señor,

Mi fortaleza1 en el Señor se exaltab;

Mi boca habla sin temor2 contra mis enemigos,

Por cuanto me regocijo en Tu salvaciónc.

2 »No hay santo como el Señora;

En verdad, no hay otro fuera de Tib,

Ni hay roca como nuestro Diosc.

3 »No se jacten más1 ustedes con tanto orgullo,

No salga la arrogancia de su bocaa.

Porque el Señor es Dios de sabiduríab,

Y por Él son pesadas las accionesc.

4 »Quebrados son los arcos de los fuertesa,

Pero los débiles se ciñen de poderb.

5 »Los que estaban saciados se alquilan por pan,

Y dejan de tener hambre los que estaban hambrientos.

Aun la estéril da a luz a sietea,

Pero la que tiene muchos hijos desfalleceb.

6 »El Señor da muerte y da vidaa;

Hace bajar al Seol1 y hace subirb.

7 »El Señor empobrece y enriquecea;

Humilla y también exaltab.

8 »Levanta del polvo al pobrea,

Del muladar levanta al necesitadob

Para hacerlos sentar con los príncipesc,

Y heredar un sitio de honorc;

Pues las columnas de la tierra son del Señord,

Y sobre ellas ha colocado el mundo.

9 ȃl guarda los pies de Sus santosa,

Pero los malvados son acallados en tinieblasb,

Pues no por la fuerza ha de prevalecer el hombrec.

10 Los que se oponen al Señor serán quebrantadosa,

El tronará desde los cielos contra ellosb.

El Señor juzgará los confines de la tierra,

Dará fortaleza a Su reyd,

Y ensalzará el poder1 de Su ungidoe».

Leer más



Un servicio de Software Bíblico Logos