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1 Corintios 1:18–2:5

Cristo, poder de Dios

18 Porque la palabra de la cruz es necedada para los que se pierdenb, pero para nosotros los salvos es poder de Diosc.

19 Porque está escrito:

«Destruiré la sabiduría de los sabios,

Y el entendimiento de los inteligentes desecharéa».

20 ¿Dónde está el sabioa? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el que sabe discutir en este siglo1? ¿No ha hecho Dios que la sabiduría de este mundo sea necedadb?

21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Diosa por medio de su propia sabiduría, agradó a Diosb mediante la necedadc de la predicación salvar a los que creend.

22 Porque en verdad los judíos piden señales1a y los griegos buscan sabiduría;

23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificadoa, piedra de tropiezo para los judíosb, y necedadc para los gentiles.

24 Sin embargo, para los llamadosa, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Diosb y sabiduría de Diosc.

25 Porque la necedad de Diosa es más sabia que los hombres, y la debilidad de Diosb es más fuerte que los hombres.

Cristo, sabiduría de Dios

26 Pues consideren1, hermanos, su llamamientoa. No hubo muchos sabios conforme a la carne2b, ni muchos poderosos, ni muchos nobles.

27 Sino que Dios ha escogidoa lo necio del mundob para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo para avergonzar a lo que es fuerte.

28 También Dios ha escogido lo vil y despreciado del mundoa: lo que no esb, para anular lo que esc,

29 para que nadie1 se jactea delante de Dios.

30 Pero por obra Suya1 están ustedes en Cristo Jesúsa, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Diosb, y justificaciónc, santificaciónd y redencióne,

31 para que, tal como está escrito: «El que se gloría, que se gloríe en el Señora».

Predicando a Cristo crucificado

2 Por eso, cuando fui a ustedes, hermanos, proclamándoles el testimonio1 de Diosa, no fui con superioridad de palabra o de sabiduríab.

2 Porque nada me propuse saber entre ustedes excepto a Jesucristo, y Este crucificadoa.

3 Estuve entre ustedes con debilidada y con temor y mucho temblorb,

4 y mi mensaje1 y mi predicación no fueron con palabras persuasivas de sabiduríaa, sino con demostración del Espíritu y de poderb,

5 para que la fe de ustedes no descanse1 en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Diosa.

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