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Éxodo 15:25–27

25 Entonces Moisés clamó al Señora, y el Señor le mostró un árbolb. Él lo echó en las aguas, y las aguas se volvieron dulces. Y Dios les dio1 allí un estatuto y una ordenanzac, y allí los puso a pruebad.

26 Y Dios les dijo: «Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Diosa, y haces lo que es recto ante Sus ojos, y escuchas Sus mandamientos, y guardas todos Sus estatutosb, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipciosc. Porque Yo, el Señor, soy tu sanadord».

27 Entonces llegaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras1, y acamparon allí junto a las aguasa.

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