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Salmo 43–44

Salmo 43

Plegaria implorando liberación

Hazme* justicia1, oh Diosa, y defiende mi causa contra una nación impíab;

líbrame del hombre engañoso e injustoc.

2 Ya que tú eres el Dios de mi fortaleza1a, ¿por qué me has rechazadob?

¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo2c?

¶3 Envía tu luz y tu verdada; que ellas me guíen,

que me lleven a tu santo monteb,

y a tus moradasc.

4 Entonces llegaré1 al altar de Diosa,

a Dios, mi supremo gozo2b;

y al son de la lira te alabaréc, oh Dios, Dios mío.

¶5 ¿Por qué te abates1, alma mía,

y por qué te turbas dentro de mí?

Espera en2 Dios, pues he de alabarle otra vez3.

¡Él es la salvación4 de mi ser5, y mi Diosa!

Salmo 44

Oración nacional de intercesión

Para el director del coro. Masquil* de los hijos de Coré.

Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído,

nuestros padres nos han contadoa

la obra que hiciste en sus díasb,

en los tiempos1 antiguosc.

2 Tú con tu mano echaste fuera las nacionesa,

y a ellos los plantasteb.

Afligiste a los pueblosc,

y a ellos los hiciste crecer1d.

3 Pues no por su espada tomaron posesión de la tierraa,

ni su brazo los salvó,

sino tu diestra y tu brazob, y la luz de tu presencia1c,

porque te complaciste en ellosd.

¶4 Tú eres mi rey, oh Diosa;

manda victorias1 a Jacobb.

5 Contigo1 rechazaremos a nuestros adversariosa;

en2 tu nombre hollaremos3 a los que contra nosotros se levantenb.

6 Porque yo no confiaré en mi arcoa,

ni me salvará mi espada;

7 pues tú nos has salvado de nuestros adversariosa,

y has avergonzado a los que nos aborrecenb.

8 En Dios nos hemos gloriado todo el díaa,

y por siempre alabaremos1 tu nombreb.

(Selah2)

¶9 Sin embargo, tú nos has rechazadoa y nos has confundido1b,

y no sales con nuestros ejércitosc.

10 Nos haces retroceder ante el adversarioa,

y los que nos aborrecen tomaron botín para síb.

11 Nos entregas como ovejas para ser devorados1a,

y nos has esparcido entre las nacionesb.

12 Vendes a tu pueblo a bajo precio1a,

y no te has beneficiado con su venta2.

13 Nos haces el oprobio de nuestros vecinosa,

escarnio y burla de los que nos rodeanb.

14 Nos pones por proverbio entre las nacionesa,

causa de risa1 entre los pueblosb.

15 Todo el día mi ignominia está delante de mí,

y la vergüenza de mi rostro me ha abrumado1a,

16 por la voz del que me reprocha y vituperaa,

por la presencia del enemigo y del vengativob.

¶17 Todo esto nos ha sobrevenido, pero no nos hemos olvidado de tia,

ni hemos faltado a tu pactob.

18 No se ha vuelto atrás nuestro corazóna,

ni se han desviado nuestros pasos de tu sendab;

19 sin embargo, nos has quebrantadoa en la región de los chacalesb,

y nos has cubierto con la sombra de la muertec.

¶20 Si nos hubiéramos olvidado del nombre de nuestro Diosa,

o extendido nuestras manos1 a un dios extrañob,

21 ¿no se habría dado cuenta Dios de esto?

Pues Él conoce los secretos del corazóna.

22 Pero por causa tuya nos matan cada díaa;

se nos considera como ovejas para el mataderob.

23 ¡Despiertaa! ¿Por qué duermes, Señorb?

¡Levántate! No nos rechaces para siemprec.

24 ¿Por qué escondes tu rostroa

y te olvidas de nuestra aflicción y de nuestra opresiónb?

25 Porque nuestra alma se ha hundido en el polvoa;

nuestro cuerpo está pegado a la tierra.

26 ¡Levántatea! Sé nuestra ayuda,

y redímenos por amor de tu misericordiab.

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