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Romanos 1:18–3:20

El hombre ha ignorado a Dios

18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombresa, que con1 injusticia restringenb la verdad;

19 porque lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de1 ellos, pues Dios se lo hizo evidentea.

20 Porque desde la creación del mundoa, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusab.

21 Pues aunque conocían a Dios, no le honraron1 como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecidoa.

22 Profesando ser sabios, se volvieron neciosa,

23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptilesa.

La consecuente corrupción del hombre

24 Por consiguiente, Dios los entregó a la impurezaa en la lujuria1 de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerposb;

25 porque1 cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creadora, que es bendito por los siglosb. Amén.

26 Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantesa; porque sus mujeres cambiaron la función natural1 por la que es contra la naturaleza;

27 y de la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos1 hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravíoa.

28 Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios1, Dios los entregó a una mente depravadaa, para que hicieran las cosas que no convienen;

29 estando llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia; colmados de envidia, homicidios, pleitos, engaños y malignidad; son chismososa,

30 detractores, aborrecedoresa de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padresb,

31 sin entendimiento, indignos de confianza1, sin amora, despiadados;

32 los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muertea, no solo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practicanb.

Capitulo 2

Con Dios no hay parcialidad

Por lo cual no tienes excusaa, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tú que juzgas practicas las mismas cosasb.

2 Y sabemos que el juicio de Dios justamente cae sobre1 los que practican tales cosas.

3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que condenas a los que practican tales cosas y haces lo mismoa, que escaparás al juicio de Dios?

4 ¿O tienes en poco las riquezasa de su bondadb, toleranciac y pacienciad, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimientoe?

5 Mas por causa de1 tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulandoa ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Diosb,

6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obrasa:

7 a los que por la perseverancia en hacer el biena buscan gloria, honorb e inmortalidadc: vida eternad;

8 pero a los que son ambiciososa y no obedecen a la verdadb, sino que obedecen a la injusticia: ira e indignación.

Habrá tribulación y angustiaa para1 toda alma humana que hace lo malo, del judío primeramenteb y también del griego;

10 pero gloria y honora y paz para todo el que hace lo bueno, al judío primeramente, y también al griegob.

11 Porque en Dios no hay acepción de personasa.

12 Pues todos los que han pecado sin la ley1, sin la ley1 también perecerán; y todos los que han pecado bajo la ley2, por la ley3 serán juzgadosa;

13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que cumplen la ley, esos serán justificadosa.

14 Porque cuando los gentiles, que no tienen la ley1, cumplen por instinto2 los dictados de la leya, ellos, no teniendo la ley3, son una ley para sí mismos,

15 ya que muestran la obra de la ley escrita en sus corazonesa, su conciencia dando testimonio, y sus pensamientos acusándolos unas veces y otras defendiéndolos,

16 en el día en que, según mi evangelioa, Dios juzgará los secretos de los hombres mediante Cristo Jesúsb.

La ley y el pueblo judío

17 Pero si tú, que llevas el nombre de judío y te apoyas en la ley; que te glorías en Diosa,

18 y conoces su voluntad; que apruebas las cosas que son esenciales1a, siendo instruido por la ley,

19 y te confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,

20 instructor1 de los necios, maestro de los faltos de madurez2; que tienes en la ley la expresión misma del conocimiento y de la verdada;

21 tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas1 que no se debe robar, ¿robasa?

22 Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que abominas a los ídolos, ¿saqueas templos?1a

23 Tú que te jactasa de la ley, ¿violando la ley deshonras a Dios?

24 Porque el nombre de Dios es blasfemado entre los gentilesa por causa de vosotrosb, tal como está escrito.

25 Pues ciertamente la circuncisión es de valor si tú practicas la ley, pero si eres transgresor de la leya, tu circuncisiónb se ha vuelto incircuncisión.

26 Por tanto, si el incircunciso1a cumple los requisitos de la leyb, ¿no se considerará su incircuncisión como circuncisiónc?

27 Y si el que es físicamente incircunciso guarda la ley, ¿no te juzgará a tia, que aunque tienes1 la letra de la ley y eres circuncidado2b, eres transgresor de la ley?

28 Porque no es judío el que lo es exteriormentea, ni la circuncisión es la externa, en la carne;

29 sino que es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritua, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Diosb.

Capitulo 3

¿Qué ventaja tiene el judío?

¿Cuál es, entonces, la ventaja del judío? ¿O cuál el beneficio de la circuncisión?

2 Grande, en todo sentido. En primer lugar, porque a ellos les han sido confiados los oráculos de Diosa.

3 Entonces ¿qué? Si algunos fueron infieles1a, ¿acaso su infidelidad2 anulará la fidelidad de Dios?

4 ¡De ningún modoa! Antes bien, sea hallado Dios veraz, aunque todo hombre sea hallado mentirosob; como está escrito:

Para que seas justificado en tus palabras,

y venzas cuando seas juzgado1c.

5 Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Diosa, ¿qué diremosb? ¿Acaso es injusto el Dios que expresa1 su ira? (Hablo en términos humanosc).

6 ¡De ningún modoa! Pues de otra manera, ¿cómo juzgaría Dios al mundob?

7 Pero si por mi mentira la verdad de Diosa abundó para su gloria, ¿por qué también soy yo aún juzgado como pecadorb?

8 ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos afirman que nosotros decimos): Hagamos el mal para que venga el biena? La condenación de los tales es justa.

Todos han pecado

9 ¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores1 que ellosa? De ninguna manera; porque ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecadob;

10 como está escrito:

aNo hay justo, ni aun uno;

11 no hay quien entienda,

no hay quien busque a Dios;

12 todos se han desviado, a una se hicieron inútiles;

no hay quien haga lo bueno,

no hay ni siquiera uno.

13 Sepulcro abierto es su garganta,

engañan de continuo con su lenguaa,

veneno de serpientes1 hay bajo sus labiosb;

14 llena está su boca de maldición y amarguraa;

15 asus pies son veloces para derramar sangre;

16 destrucción y miseria hay en sus caminos,

17 y la senda de paz no han conocido.

18 No hay temor de Dios delante de sus ojosa.

Justificación por medio de la fe

19 Ahora bien, sabemos que cuanto dice la leya, lo dice a los que están bajo1 la leyb, para que toda boca se calle2 y todo el mundo sea hecho responsable ante Diosc;

20 porque por las obras de la ley1 ningún ser humano2 será justificado delante de Éla; pues por medio de la ley3 viene el conocimiento del pecadob.

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