Cargando…

Juan 15–19

Capitulo 15

Jesús, la vid verdadera

Yo soy la vid verdaderaa, y mi Padre es el viñadorb.

Todo sarmiento que en no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda1 para que más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por la palabraa que os he hablado.

Permaneced en a, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en .

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en y yo en él, ese da mucho frutoa, porque separados de nada podéis hacer.

Si alguno no permanece en , es echado fuera como un sarmientoa y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman.

Si permanecéis en , y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hechoa.

En esto es glorificado mi Padrea, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois1 mis discípulosb.

Como el Padre me ha amadoa, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.

10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amora, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padreb y permanezco en su amor.

11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto1a.

12 Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amadoa.

13 Nadie tiene un amor mayor que este: que uno 1 su vidaa por sus amigos.

14 Vosotros sois mis amigosa si hacéis lo que yo os mandob.

15 Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padrea.

16 Vosotros no me escogisteis a , sino que yo os escogí a vosotrosa, y os designé para que vayáis y deis frutob, y que vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concedac.

17 Esto os mando: que os améis los unos a los otrosa.

18 Si el mundo os odia, sabéis1 que me ha odiado a a antes que a vosotros.

19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogía de entre el mundo, por eso el mundo os odiab.

20 Acordaos de la palabra que yo os dije: «Un siervo no es mayor que su señora». Si me persiguieron a , también os perseguirán a vosotrosb; si guardaron mi palabrac, también guardarán la vuestra.

21 Pero todo esto os harán por causa de mi nombrea, porque no conocen al que me enviób.

22 Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado1a, pero ahora no tienen excusa por su pecado.

23 El que me odia a , odia también a mi Padre.

24 Si yo no hubiera hecho entre ellos las obrasa que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado1b; pero ahora las han visto, y me han odiado a y también a mi Padre.

25 Pero han hecho esto para que se cumpla la palabra que está escrita en su leya: «Me odiaron sin causab».

26 Cuando venga el Consolador1a, a quien yo enviaré del Padreb, es decir, el Espíritu de verdadc que procede del Padre, Él dará testimonio de d,

27 y vosotros daréis testimonio1 tambiéna, porque habéis estado conmigo desde el principiob.

Capitulo 16

Estas cosas os he dichoa para que no tengáis tropiezo1b.

Os expulsarán de la sinagogaa; pero viene la horab cuando cualquiera que os mate pensará que así rinde un servicio a Diosc.

Y harán estas cosas porque no han conocido ni al Padre ni a a.

Pero os he dicho estas cosas para que cuando llegue la1 horaa, os acordéis de que ya os había hablado de ellas2. Y no os dije estas cosas al principiob, porque yo estaba con vosotros.

Pero ahora voy al que me envióa, y ninguno de vosotros me pregunta: «¿Adónde vasb?».

Mas porque os he dicho estas cosas, la tristeza ha llenado vuestro corazóna.

La obra del Espíritu Santo

7 Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador1a no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaréb.

Y cuando Él venga, convencerá1 al mundo de pecado, de justicia y de juicio;

de pecado, porque no creen en a;

10 de justiciaa, porque yo voy al Padreb y no me veréis más;

11 y de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgadoa.

12 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar.

13 Pero cuando Él, el Espíritu de verdada, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saberb lo que habrá de venir.

14 El me glorificaráa, porque tomará de lo mío y os lo hará saber.

15 Todo lo que tiene el Padre es míoa; por eso dije que Él toma de lo mío y os lo hará saber.

16 Un poco mása, y ya no me veréisb; y de nuevo un poco, y me veréisc.

17 Entonces algunos de sus discípulos se decían unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: «Un poco más, y no me veréis, y de nuevo un poco, y me veréisa» y «Porque yo voy al Padreb»?

18 Por eso decían: ¿Qué es esto que dice: «Un poco»? No sabemos de qué habla.

19 Jesús sabía que querían preguntarlea, y les dijo: ¿Estáis discutiendo entre vosotros sobre esto, porque dije: «Un poco más, y no me veréis, y de nuevo un poco, y me veréis»?

20 En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréisa, pero el mundo se alegrará; estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegríab.

21 Cuando la mujer está para dar a luz, tiene afliccióna, porque ha llegado su hora; pero cuando da a luz al niño, ya no se acuerda de la angustia, por la alegría de que un niño1 haya nacido en el mundo.

22 Por tanto, ahora vosotros tenéis también afliccióna; pero yo os veré otra vezb, y vuestro corazón se alegrará, y nadie os quitará vuestro gozo.

23 En aquel díaa no me preguntaréis nadab. En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre, os lo dará en mi nombrec.

24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombrea; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completob.

25 Estas cosas os he hablado en lenguaje figurado1a; viene el tiempo2b cuando no os hablaré más en lenguaje figurado1, sino que os hablaré del Padre claramente.

26 En ese díaa pediréisb en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros,

27 pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amadoa y habéis creídob que yo salí del Padrec.

28 Salí del Padrea y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padreb.

29 Sus discípulos le dijeron*: He aquí que ahora hablas claramente y no usas lenguaje figurado1a.

30 Ahora entendemos que tú sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemosa que tú viniste de Diosb.

31 Jesús les respondió: ¿Ahora creéis?

32 Mirad, la hora vienea, y ya ha llegado, en que seréis esparcidosb, cada uno por su lado1c, y me dejaréis solo; y sin embargo no estoy solod, porque el Padre está conmigo.

33 Estas cosas os he hablado para que en tengáis paza. En el mundo tenéis tribulaciónb; pero confiad1c, yo he vencido al mundod.

Capitulo 17

Oración intercesora de Jesús

Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cieloa, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a tib,

por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano1a para que vida eternab a todos los que le has dado2c.

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdaderoa, y a Jesucristo, a quien has enviadob.

Yo te glorifiquéa en la tierra, habiendo terminado la obra que me diste que hicierab.

Y ahora, glorifícame , Padrea, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existierab.

He manifestado tu nombrea a los hombres que del mundo me disteb; eran tuyosc y me los diste, y han guardado tu palabrad.

Ahora han conocido que todo lo que me has dado viene de ti;

porque yo les he dado las palabrasa que me disteb; y las recibieron, y entendieron que en verdad salí de tic, y creyeron que me enviasted.

Yo ruego por ellosa; no ruego por el mundob, sino por los que me has dadoc; porque son tuyosd;

10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo, míoa; y he sido glorificado en ellos.

11 Ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo, y yo voy a tia. Padre santob, guárdalos en tu nombre, el nombre que1 me has dadoc, para que sean uno, así como nosotrosd.

12 Cuando estaba con ellos, los guardaba en tu nombre, el nombre que1 me distea; y los guardé y ninguno se perdiób, excepto el hijo de perdiciónc, para que la Escritura se cumplierad.

13 Pero ahora voy a tia; y hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo en mismosb.

14 Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiadoa, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundob.

15 No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del1 maligno2a.

16 Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundoa.

17 Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdada.

18 Como me enviastea al mundo, yo también los he enviadob al mundo.

19 Y por ellos yo me santificoa, para que ellos también sean santificadosb en la verdadc.

20 Mas no ruego solo por estos, sino también por los que han de creer en por la palabra de ellos,

21 para que todos sean uno. Como , oh Padre, estás en y yo en tia, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea1 que me enviasteb.

22 La gloria que me distea les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno:

23 yo en ellos, y en , para que sean perfeccionados en unidad1a, para que el mundo sepa2 que me enviasteb, y que los amastec tal como me has amado a .

24 Padre, quiero que los que me has dadoa, estén también conmigo donde yo estoy1b, para que vean mi gloria, la gloria que me has dadoc; porque me has amado desde antes de la fundación del mundod.

25 Oh Padre justoa, aunque1 el mundo no te ha conocido, yo te he conocidob, y estos han conocido que me enviastec.

26 Yo les he dado a conocer tu nombrea, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amasteb esté en ellos y yo en ellos.

Capitulo 18

Traición y arresto de Jesús

Después de haber dicho esto, Jesús salió con sus discípulosa al otro lado del torrente1 Cedrónb, donde había un huertoc en el cual entró Él con sus discípulos.

2 También Judas, el que le iba a entregar1, …

Leer más



Un servicio de Software Bíblico Logos