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Eclesiastés 12:1–5

Acuérdate, pues, de tu Creadora en los días de tu juventud,

antes que vengan los días malosb,

y se acerquen los años en que digas:

No tengo en ellos placer;

2 antes que se oscurezcan el sol y la luz,

la luna y las estrellasa,

y las nubes vuelvan tras la lluvia;

3 el día cuando tiemblen los guardas de la casa

y los fuertes se encorvena,

los que muelen estén ociosos porque son pocos,

y se nublenb los que miran por las ventanas1;

4 cuando se cierren las puertas de la calle

por ser bajo el sonido del molinoa,

y se levante uno al canto del ave,

y todas las hijas del canto sean abatidasb;

5 cuando también teman a la altura y a los terrores en el camino,

y florezca el almendro, se arrastre la langosta y la alcaparra pierda su efecto1;

porque el hombre va a su morada eternaa

mientras los del duelob andan por la calle.

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