Cargando…

Deuteronomio 17–19

Capitulo 17

No sacrificarás al Señor tu Dios buey o cordero que tenga defecto o alguna imperfección1a, porque es cosa abominable al Señor tu Dios.

2 Si se encuentra en medio de ti, en cualquiera de las ciudades1 que el Señor tu Dios te da, un hombre o una mujer que hace lo malo ante los ojos del Señor tu Diosa, violando su pacto,

3 y que haya ido y servido a otros diosesa, adorándolos, o adorando al sol, a la luna o a cualquiera de las huestes celestialesb, lo cual yo no he mandadoc,

4 y si te lo dicen y has oído hablar de ello, harás una investigación minuciosa. Y he aquí, si es verdad y es cierto el hecho que esta abominación ha sido cometida en Israel,

5 entonces sacarás a tus puertas a ese hombre o a esa mujer que ha cometido esta mala acción; sacarás al hombre o a la mujer, y los apedrearás1 hasta que muerana.

6 Al que ha de morir se le dará muerte por la declaración1 de dos o tres testigos; no se le dará muerte por la declaración1 de un solo testigoa.

7 La mano de los testigos caerá1 primero contra él para darle muerte, y después la mano de todo el puebloa. Así quitarás el mal de en medio de tib.

8 Si un caso es demasiado difícil para que puedas juzgara, como entre una clase de homicidio y otra1, entre una clase de pleito y otra2, o entre una clase de asalto y otra3, siendo casos de litigio en tus puertas4, te levantarás y subirás al lugar que el Señor tu Dios escojab,

9 y vendrás al sacerdote levita o al juez que oficie en aquellos días, e inquirirás de ellosa, y ellos te declararán el fallo del caso.

10 Y harás conforme a los términos1 de la sentencia que te declaren desde aquel lugar que el Señor escoja; y cuidarás de observar todo lo que ellos te enseñen.

11 Según los términos1 de la ley que ellos te enseñen, y según la sentencia que te declaren, así harása; no te apartarás a la derecha ni a la izquierda de la palabra que ellos te declaren.

12 Y el hombre que proceda con presunción, no escuchando al sacerdotea que está allí para servir al Señor tu Dios, ni al juez, ese hombre moriráb; así quitarás el mal de en medio de Israelc.

13 Entonces todo el pueblo escuchará y temerá, y no volverá a proceder con presuncióna.

Instrucciones sobre los reyes

14 Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, y la poseas y habites en ellaa, y digas: «Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que me rodeanb»,

15 ciertamente pondrás sobre ti al rey que el Señor tu Dios escoja, a uno de entre tus hermanos1a pondrás por rey sobre ti; no pondrás sobre ti a un extranjero que no sea hermano1 tuyo.

16 Además, él no tendrá muchos caballosa, ni hará que el pueblo vuelva a Egiptob para tener muchos caballosc, pues el Señor te ha dicho: «Jamás volveréis por ese camino».

17 Tampoco tendrá muchas mujeres, no sea que1 su corazón se desvíea; tampoco tendrá grandes cantidades de plata u oro.

18 Y sucederá que cuando él se siente sobre el trono de su reino, escribirá para sí una copia de esta ley en un libro1, en presencia de2 los sacerdotes levitasa.

19 La tendrá consigo y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al Señor tu Dios, observando cuidadosamente1 todas las palabras de esta ley y estos estatutosa,

20 para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos1 y no se desvíe del mandamiento ni a la derecha ni a la izquierdaa, a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.

Capitulo 18

Provisión para los levitas

Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán porción ni heredad con el resto de Israela; comerán de las ofrendas encendidas al Señor y de su porción1.

2 Y no tendrán heredad entre sus hermanos1; el Señor es su heredad, como les ha prometido2a.

3 Y este será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecen como sacrificio buey u oveja: darán para el sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajara.

4 Le darás las primicias de tu grano, de tu mosto, de tu aceitea y del primer esquileo de tus ovejas.

5 Porque el Señor tu Dios le ha escogido a él y a sus hijosa de entre todas tus tribus, para que esté allí y sirva1 en el nombre del Señor, para siempreb.

6 Y si un levita sale de alguna de tus ciudades1, de cualquier parte de Israel en que residaa, y llega con todo el deseo de su alma al lugar que el Señor escoja,

7 él ministrará en el nombre del Señor su Dios, como todos sus hermanos levitas que están allí delante del Señor.

8 Comerán porciones iguales1a, excepto lo que reciban de la venta de sus patrimoniosb.

Prohibición de las costumbres paganas

9 Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, no aprenderás a hacer1 las cosas abominables de esas nacionesa.

10 No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuegoa, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o sea agorero, o hechicerob,

11 o encantador, o médium, o espiritistaa, ni quien consulte a los muertos.

12 Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al Señor; y por causa de estas abominaciones el Señor tu Dios expulsará a esas naciones1 de delante de tia.

13 Serás intachable1a delante del Señor tu Dios.

14 Porque esas naciones que vas a desalojar escuchan a los que practican hechicería y a los adivinosa, pero a ti el Señor tu Dios no te lo ha permitido.

15 Un profeta de en medio de tia, de tus hermanos, como yo, te levantará el Señor tu Dios; a él oiréis.

16 Esto es conforme a todo lo que pediste al Señor tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: «No vuelva yo a oír la voz del Señor mi Dios, no vuelva a ver este gran fuego, no sea que mueraa».

17 Y el Señor me dijo: «Bien han hablado1 en lo que han dichoa.

18 »Un profeta como tú levantaré de entre sus hermanos, y pondré mis palabras en su bocaa, y él les hablará todo lo que yo le mandeb.

19 »Y sucederá que a cualquiera que no oiga mis palabras que él ha de hablar en mi nombrea, yo mismo le pediré cuenta.

20 »Pero el profeta que hable con presunción en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros diosesa, ese1 profeta moriráb».

21 Y si dices en tu corazón: «¿Cómo conoceremos la palabra que el Señor no ha hablado?».

22 Cuando un profeta hable en el nombre del Señor, si la cosa no acontece ni se cumple, esa es la palabra que el Señor no ha hablado; con presunción la ha hablado el profetaa; no tendrás temor de élb.

Capitulo 19

Ciudades de refugio

aCuando el Señor tu Dios destruya las naciones cuya tierra el Señor tu Dios te da, y las desalojes, y habites en sus ciudades y en sus casasb,

2 te reservarás tres ciudadesa en medio de tu tierra que el Señor tu Dios te da en posesión1.

3 Prepararás los caminos1, y dividirás en tres partes el territorio de tu tierra que el Señor tu Dios te dé en posesión, para que huya allí todo homicida2.

4 Y este será el caso del homicida que huya allí y vivaa: cuando mate1 a su amigo sin querer2, sin haberlo odiado3 anteriormente

5 (como cuando un hombre va al bosque con su amigo para cortar leña, y su mano blande el hacha para cortar el árbol, y el hierro salta del mango1 y golpea2 a su amigo, y este muere), él puede huir a una de estas ciudades y vivir;

6 no sea que el vengador de la sangre en el furor de su ira1 persiga al homicida, y lo alcance porque el camino es largo, y le quite la vida2 aunque él no merecía la muerte, porque no lo había odiado anteriormente.

7 Por tanto, te mando, diciendo: Reservarás para ti tres ciudades.

8 Y si el Señor tu Dios ensancha tu territorio, como ha jurado a tus padres, y te da toda la tierra que ha prometido1 dar a tus padresa

9 (si guardas cuidadosamente1 todos estos mandamientos que te mando hoy, de amar al Señor tu Diosa y de andar siempre en sus caminos), entonces te añadirás tres ciudades más, además de estas tresb.

10 Para que no se derrame sangre inocente en medio de tu tierra que el Señor tu Dios te da por heredad, y seas culpable de derramar sangre1a.

11 Pero si hay un hombre que odia a su prójimo, y acechándolo, se levanta contra él, lo hiere1, y este muere, y después él huye a una de estas ciudades,

12 entonces los ancianos de su ciudad enviarán a sacarlo de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que mueraa.

13 No tendrás1 piedad de éla; mas limpiarás de Israel la sangre del inocenteb, para que te vaya bien.

Ley de límites y de testigos

14 No moverás los linderos de tu prójimo, fijados por los antepasadosa, en la herencia que recibirás en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión1.

15 No se levantará un solo testigo contra un hombre por cualquier iniquidad o por cualquier pecado que haya cometido1; el caso será confirmadoa por el testimonio de dos o tres2 testigos.

16 Si un testigo falsoa se levanta contra un hombre para acusarle1 de transgresión2,

17 los dos litigantes se presentarán delante del Señor, delante de los sacerdotes y de los jueces que haya en esos díasa.

18 Y los jueces investigarán minuciosamentea; y si el testigo es un testigo falso y ha acusado a1 su hermano falsamente,

19 entonces le haréis a él lo que él intentaba hacer a su hermanoa. Así quitarás el mal de en medio de ti.

20 Los demás oirán y temerána, y nunca más volverán a hacer una maldad semejante en medio de ti.

21 Y no tendrás1 piedada: vida por vidab, ojo por ojo, diente por dientec, mano por mano, pie por pie.

Leer más



Un servicio de Software Bíblico Logos