Zacarías 11:4–17
¶4 Así dice el Señor mi Dios: Apacienta las ovejas destinadas para la matanzaa.
5 Los que las compran las matan y salen impunes1, y el que las vende dicea: «¡Bendito sea el Señor, porque me he enriquecidob!»; y ni sus propios pastores se compadecen de ellasc.
6 Pues yo no me compadeceré más de los habitantes de esta1 tierra—declara el Señor—sino que he aquí, haré que los hombres caigan2 cada uno en manos de otroa y en manos de su rey; y ellos herirán la tierrab y yo no los libraré de sus manosc.
7 Apacenté, pues, las ovejas destinadas para la matanzaa, esto es, los afligidos del rebaño1b. Y tomé para mí dos cayadosc: a uno lo llamé Gracia2d y al otro lo llamé Unión3; y apacenté las ovejase.
8 Y destruí a los tres pastores en un mesa, pues mi alma se impacientó con ellos y su alma también se cansó de mí1.
9 Entonces dije: No os apacentaré más. La que ha de morir, que muera1; y la que ha de ser destruida, que sea destruida2; y las que queden, cómanse3 la carne unas a otrasa.
10 Y tomé mi cayado Gracia1a y lo quebré para romper el pacto que yo había hecho con todos los pueblosb.
11 Y fue roto aquel día; así los afligidos del rebaño1 que me observaban, conocieron que era la palabra del Señora.
12 Y les dije: Si os parece bien, dadme mi paga; y si no, dejadla1. Y pesaron como mi salarioa treinta piezas de platab.
13 Entonces el Señor me dijo: Arrójalo al alfarero (ese magnífico precio con que me valoraron). Tomé pues, las treinta piezas de plata y las arrojé al alfarero en la casa del Señora.
14 Y quebré mi segundo cayado, Unión1a, para romper la hermandad entre Judá e Israelb.
¶15 Y el Señor me dijo: Toma otra vez los aperos de un pastor insensato1a.
16 Porque he aquí, yo voy a levantar en la tierra un pastor que no se preocupará de la que perecea, ni buscará a la descarriada, ni curará a la herida, ni sustentará a la fuerte, sino que comerá la carne de la cebadab y arrancará sus pezuñas.
que abandona el rebañoa!
¡Caiga la espadab sobre su brazoc
y sobre su ojo derecho!
Su brazo se secará por completo,
y su ojo derecho totalmente se oscurecerá.