Romanos 1:28–32
¶28 Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios1, Dios los entregó a una mente depravadaa, para que hicieran las cosas que no convienen;
29 estando llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia; colmados de envidia, homicidios, pleitos, engaños y malignidad; son chismososa,
30 detractores, aborrecedoresa de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padresb,
31 sin entendimiento, indignos de confianza1, sin amora, despiadados;
32 los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muertea, no solo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practicanb.