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Romanos 1:21–31

21 Pues aunque conocían a Dios, no le honraron1 como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecidoa.

22 Profesando ser sabios, se volvieron neciosa,

23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptilesa.

La consecuente corrupción del hombre

24 Por consiguiente, Dios los entregó a la impurezaa en la lujuria1 de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerposb;

25 porque1 cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creadora, que es bendito por los siglosb. Amén.

26 Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantesa; porque sus mujeres cambiaron la función natural1 por la que es contra la naturaleza;

27 y de la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos1 hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravíoa.

28 Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios1, Dios los entregó a una mente depravadaa, para que hicieran las cosas que no convienen;

29 estando llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia; colmados de envidia, homicidios, pleitos, engaños y malignidad; son chismososa,

30 detractores, aborrecedoresa de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padresb,

31 sin entendimiento, indignos de confianza1, sin amora, despiadados;

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