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Nehemías 1:5–11

5 Y dije: Te ruego, oh Señor, Dios del cielo, el grande y temible Dios, que guarda el pacto y la misericordiaa para con aquellos que le aman y guardan sus mandamientosb,

6 que estén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de tia día y noche por los hijos de Israel tus siervos, confesando los pecados que los hijos de Israel hemos cometido contra tib; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecadoc.

7 Hemos procedido perversamente contra ti y no hemos guardado los mandamientos, ni los estatutos, ni las ordenanzasa que mandaste a tu siervo Moisésb.

8 Acuérdate ahora de la palabra que ordenaste a tu siervo Moisés, diciendo: «Si sois infieles, yo os dispersaré entre los pueblosa;

9 pero si volvéis a mí y guardáis mis mandamientos y los cumplís, aunque vuestros desterrados estén en los confines de los cielosa, de allí los recogeré y los traeréb al lugar que he escogido para hacer morar allí mi nombrec».

10 Y ellos son tus siervos y tu pueblo, los que tú redimiste con tu gran poder y con tu mano poderosaa.

11 Te ruego, oh Señor, que tu oído esté atento ahora a la oración de tu siervo y a la oración de tus siervosa que se deleitan en reverenciar1 tu nombre; haz prosperar hoy a tu siervo, y concédele favor delante de este hombre.

¶Era yo entonces copero del reyb.

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