Matthew 27:45–56
¶45 aY desde la hora sexta1 hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena2.
46 Y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lema sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonadoa?
47 Algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: Este llama a Elías.
48 Y al instante, uno de ellos corrió, y tomando una esponja, la empapó en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a bebera.
49 Pero los otros dijeron: Deja, veamos si Elías viene a salvarle1.
50 Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, exhaló el espíritua.
51 aY he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajob, y la tierra temblóc y las rocas se partieron;
52 y los sepulcros se abrieron, y los cuerpos de muchos santos que habían dormidoa resucitaron;
53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Jesús1, entraron en la santa ciudada y se aparecieron a muchos.
54 El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesúsa, cuando vieron el terremotob y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: En verdad este era Hijo de Dios1c.
55 Y muchas mujeresa que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirleb, estaban allí, mirando de lejos;
56 entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de Joséa, y la madre de los hijos de Zebedeob.