Matthew 27:3–10
¶3 Entonces Judasa, el que le había entregado, viendo que Jesús había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de platab a los principales sacerdotes y a los ancianos,
4 diciendo: He pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: A nosotros, ¿qué? ¡Allá tú1a!
5 Y él, arrojando las piezas de plata en el santuarioa, se marchó; y fue y se ahorcób.
6 Y los principales sacerdotes tomaron las piezas de plata, y dijeron: No es lícito ponerlas en el tesoro del templo, puesto que es precio de sangre.
7 Y después de celebrar consejo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para sepultura de los forasteros.
8 Por eso ese campo se ha llamado Campo de Sangrea hasta hoy.
9 Entonces se cumplió lo anunciado1 por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: aY tomaron2 las treinta piezas de plata, el precio de aquel cuyo precio había sido fijado por los hijos de Israel;
10 y las dieron1 por el Campo del Alfarero, como el Señor me había ordenado.