Matthew 18:30–34
30 Sin embargo, él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
31 Así que cuando vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido.
32 Entonces, llamándolo su señor, le dijo*: «Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste.
33 »¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de tia?».
34 Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía.