Luke 19:12–27
12 Por eso dijo: aCierto hombre de familia noble fue a un país lejano a recibir un reino para sí y después volver.
13 Y llamando a diez de sus siervos, les dio diez minas1 y les dijo: «Negociad con esto hasta que regrese2».
14 Pero sus ciudadanos lo odiaban, y enviaron una delegación tras él, diciendo: «No queremos que este reine sobre nosotros».
15 Y sucedió que al regresar él, después de haber recibido el reino, mandó llamar a su presencia a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que habían ganado negociando1.
16 Y se presentó el primero, diciendo: «Señor, tu mina ha producido diez minas más».
17 Y él le dijo: «Bien hecho, buen siervo, puesto que has sido fiel en lo muy pocoa, ten autoridad sobre diez ciudades».
18 Entonces vino el segundo, diciendo: «Tu mina, señor, ha producido cinco minas».
19 Y dijo también a este: «Y tú vas a estar1 sobre cinco ciudades».
20 Y vino otro, diciendo: «Señor, aquí está tu mina, que he tenido guardada en un pañuelo;
21 pues te tenía miedo, porque eres un hombre exigente, que recoges lo que no depositaste y siegas lo que no sembraste».
22 Él le contestó*: «Siervo inútil1, por tus propias palabras2 te voy a juzgar. ¿Sabías que yo soy un hombre exigente, que recojo lo que no deposité y siego lo que no sembré?
23 »Entonces, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco, y al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?».
24 Y dijo a los que estaban presentes: «Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas».
25 Y ellos le dijeron: «Señor, él ya tiene diez minas».
26 Os digo, que a cualquiera que tiene, más le será dado, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitaráa.
27 Pero a estos mis enemigos, que no querían que reinara sobre ellosa, traedlos acá y matadlos delante de míb.