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Juan 6:37–50

37 Todo lo que el Padre me daa, vendrá a ; y al que viene a , de ningún modo lo echaré fuera.

38 Porque he descendido del cieloa, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me enviób.

39 Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que Él me ha dadoa yo no pierda nadab, sino que lo resucite en el día finalc.

40 Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijoa y cree en Él, tenga vida eternab, y yo mismo lo resucitaré en el día finalc.

Murmuración de los judíos

41 Por eso los judíosa murmuraban de Él, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielob.

42 Y decían: ¿No es este Jesús, el hijo de Joséa, cuyo padre y madre nosotros conocemosb? ¿Cómo es que ahora dice: «Yo he descendido del cieloc»?

43 Respondió Jesús y les dijo: No murmuréis entre vosotros.

44 Nadie puede venir a si no lo trae1a el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día finalb.

45 Escrito está en los profetasa: «Y todos serán enseñados por Diosb». Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a .

46 No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que viene1 de Dios, este ha visto al Padrea.

47 En verdad, en verdad os digo: el que cree1, tiene vida eternaa.

48 Yo soy el pan de la vidaa.

49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murierona.

50 Este es el pan que desciende del cieloa, para que el que coma de él, no muerab.

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