Hechos de los Apóstoles 26:15–28
15 Yo entonces dije: «¿Quién eres, Señor?». Y el Señor dijo: «Yo soy Jesús a quien tú persigues.
16 »Pero levántate y ponte en piea; porque te he aparecido con el fin de designarteb como ministro y testigoc, no solo de las cosas que1 has visto, sino también de aquellas en que me apareceré a tid;
17 librándotea del pueblo judío y de los gentilesb, a los cuales yo te envío,
18 para que abras sus ojosa a fin de que se vuelvan de la oscuridad a la luzb, y del dominio de Satanás a Diosc, para que reciban, por la fe en míd, el perdón de pecadose y herencia entre los que han sido santificadosf».
19 Por consiguiente, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial,
20 sino que anunciaba, primeramente a los que estaban en Damascoa y también en Jerusalénb, y después por toda la región de Judea, y aun a los gentilesc, que debían arrepentirsed y volverse a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimientoe.
21 Por esta causa, algunos judíos me prendieron en el temploa y trataron de matarmeb.
22 Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificandoa tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucederíab:
23 que1 el Cristo2 había de padecer3a, y que por motivo de su resurrección de entre los muertosb, Él debía ser el primero en proclamar luz tanto al pueblo judío como a los gentilesc.
¶24 Mientras Pablo decía esto en su defensa, Festo dijo* a gran voz: ¡Pablo, estás loco! ¡Tu mucho saber1a te está haciendo perder la cabeza2!
25 Mas Pablo dijo*: No estoy loco, excelentísimoa Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura.
26 Porque el rey entiende estas cosasa, y también le hablo con confianza, porque estoy persuadido de que él no ignora nada de esto; pues esto no se ha hecho en secreto1.
27 Rey Agripa, ¿crees en los profetas? Yo sé que crees.
28 Y Agripa respondió a Pablo: En poco tiempo1 me persuadirás2 a que me haga cristianoa.